Desconocido para la gran mayoría de madrileños, la capital conserva uno de los panteones más importantes del país en el que descansan eternamente los hombres más ilustres de la historia de España del siglo XIX. Situado en el claustro de la Basílica de Nuestra Señora de Atocha, el Panteón de los Hombres Ilustres se ha convertido en todo un museo abierto al público de manera gratuita.
La arquitectura historicista y la escultura funeraria se fusionan en este peculiar edificio que impresiona a todo aquel que le descubre. En él, se encuentran los restos de 13 personajes que marcaron la historia militar y política española y que fueron homenajeados siendo enterrados tras su fallecimiento en el mencionado panteón.
Fernando Arbós y Tremanti fue el arquitecto encargado de levantar el mausoleo entre 1892 y 1899, declarado Bien de Interés Cultural por su estilo neomedieval y su decoración bizantina. Entre los personajes que podemos encontrar están, entre otros, Antonio de los Ríos Rosas, Antonio Cánovas del Castillo, José Canalejas, José de Palafox, Francisco Castaños, Juan Prim y Manuel Gutiérrez de la Concha. Además, destacan los sepulcros esculpidos por Mariano Benlliure y Agustín Querol.
La reina regente María Cristina, viuda de Alfonso XII, fue la cabeza pensante del proyecto inspirándose en el camposanto de la ciudad de Pisa. Techos de gran altitud, amplias salas y un claustro de planta cuadrada con tres galerías arcadas y vidrieras conforman el edificio del barrio del Pacífico.
“LA REINA REGENTE MARÍA CRISTINA, VIUDA DE ALFONSO XII, FUE LA CABEZA PENSANTE DEL PROYECTO”
Es cierto que en sus comienzos se planteó el proyecto como un claustro de la nueva basílica de Atocha, pero por falta de financiación el templo religioso no llegó a erigirse hasta una veintena de años después. Por este motivo, el Panteón de los Hombre Ilustres se considera una construcción independiente que abre todos los días de la semana a excepción de los lunes.
LOS MONUMENTOS FUNERARIOS MÁS DESTACADOS
El monumento fúnebre de Sagasta es uno de los más destacados en su interior. Fue esculpido en mármol por Mariano Benlliure un año después de su fallecimiento. El político liberal es representado tumbado sobre su propio lecho de muerte y sujetando el Toisón de Oro. Además, le acompaña la escultura de una mujer que le observa representando la “historia” y un joven obrero a los pies del conjunto escultórico simbolizando al pueblo.
Antonio Cánovas de Sagasta, político conservador y literato, también descansa actualmente en el Panteón de los Hombres Ilustres. Su monumento fúnebre es sin duda alguna el más destacado del mausoleo por la majestuosidad y la decoración que presenta. Cánovas fue asesinado en 1897 y es por ello que en la cabeza del conjunto escultórico se representa a una mujer llorando tras su muerte. Junto a ella, seis figuras representando la templanza, sabiduría, justicia, elocuencia, prudencia y constancia decoran el sepulcro realizado a principios del siglo XX.
En el patio se encuentra otro mausoleo colectivo y una curiosidad que pasa por completo desapercibida: una Estatua de la Libertad. Y es que Madrid cuenta con su propia Estatua de la Libertad que no tiene nada que envidiar a la original, pues ésta fue la inspiración de la popular escultura neoyorkina. La estatua madrileña se adelantó treinta años a la estatua de Bartholdi. Sin embargo, dicho escultor fue más listo que el artista español y se aseguró los derechos económicos procedentes de cualquier reproducción de su obra.
