La primavera se acerca y con ella el buen tiempo. Cada vez son más los madrileños que están deseando salir de sus casas y disfrutar al aire libre de los paisajes de la capital. La Casa de Campo es uno de los mejores lugares donde poder desconectar del bullicio del centro y respirar aire fresco.
Su extraordinario tamaño hace que pueda presumir de ser cinco veces más grande que el Central Park neyorkino y más de seis veces mayor que el Hyde Park de Londres. Un total de 1.700 hectáreas de zonas verdes conforman el gigantesco parque natural que durante cuatro siglos ha permanecido en el distrito de Moncloa-Aravaca.
Fue idea del propio Felipe II la creación de un corredor que uniese su palacio con el cazadero de “El Pardo”. Durante cuatro siglos, la Casa de Campo fue un espacio que tan solo podía ser usado por la familia real como coto de caza. Francisco de Vargas y Medina, señor de la Casa de Vargas, ordenó edificar una residencia en la ribera del Manzanares, donde la realeza pasaba largas temporadas disfrutando del ambiente de Madrid.
El terreno poco a poco fue teniendo más vida llegando a ser una “pequeña ciudad” complemente autosuficiente en la que se plantaban cultivos y se cuidaba al ganado a disposición de la familia real. No fue hasta el 1 de mayo de de 1931, año en el cual se proclamó la Segunda República, cuando los terrenos fueron cedidos al Ayuntamiento de Madrid, permitiendo que miles de madrileños entrasen por primera vez al exclusivo espacio que pasaba a ser un parque municipal abierto a todos los públicos.
Desde ese momento, la Casa de Campo se ha convertido en uno de los principales pulmones de la capital en los que poder disfrutar del paisaje de Madrid y poder realizar actividades al aire libre y deporte. De hecho, cuenta con un sendero circular de cerca de tres kilómetros que finaliza en el Lago de la Casa de Campo.
“LA CASA DE CAMPO SE HA CONVERTIDO EN UNO DE LOS PRINCIPALES PULMONES DE LA CAPITAL EN LOS QUE PODER DISFRUTAR DEL PAISAJE DE MADRID Y PODER REALIZAR ACTIVIDADES AL AIRE LIBRE Y DEPORTE”
Dicho lago es uno de los principales atractivos de la zona verde junto al zoológico, situado en el interior de la Casa de Campo, el Parque de Atracciones y el teleférico que une las dos partes del parque. Además, la Venta del Batán, un rincón de aire andaluz en cuyos corrales se guardan los toros de las ganaderías a lidiar durante las ferias taurinas, también llama la atención de todos los visitantes que acuden a este espacio natural.
UN LUGAR IDÓNEO DONDE REALIZAR DEPORTE
Para muchos madrileños, la Casa de Campo es su espacio predilecto para hacer deporte: senderismo, running, ciclismo, remo, tenis, natación… la mayoría de deportes que se nos pueden venir a la cabeza son viables gracias a su gran tamaño y sus diversas instalaciones deportivas. Por su parte, los aficionados del ciclismo cuentan con tres rutas por las que circular mientras disfrutan de los parajes del cerro.
El hecho de que en el año 2007 se prohibiese la circulación de vehículos en la Casa de Campo a favorecido a que el entorno mantenga su esencia natural y no se vea afectado por la contaminación de los coches. Al sur del lago se ubican los recintos feriales de Ifema que incluye el famoso Palacio de Cristal de Asís de Cabrero.
La historia también se encuentra presente en este parque único, ya que en él se encuentra el Palacio de las Vargas que traslada a todo aquel que le ve cinco siglos atrás. Junto a dicho palacete podemos encontrar uno de los rincones más románticos de la Casa de Campo, el Puente de la Culebra. Por todo ello, se trata de uno de los espacios naturales más grande del mundo en el que los madrileños pueden disfrutar de la llegada de la primavera.
