Agentes de la Policía Nacional han detenido a dos varones como presuntos autores de la muerte de una mujer cuyo cuerpo sin vida se halló en un estanque artificial del parque Dehesa Boyal, más conocido como parque de los Pinos, en el distrito madrileño de Villaverde, el pasado 10 de enero de 2018, ha informado la Jefatura Superior de la Policía de Madrid.
Se trata de dos hombres, ambos de 23 años de edad y con antecedentes policiales por lesiones, amenazas, riñas atentado y malos tratos en el ámbito familiar. Según los investigadores, agredieron en varias ocasiones a la víctima y, posteriormente, la arrojaron al estanque aún con vida, falleciendo ahogada.
Los detenidos han pasado a disposición de la autoridad judicial como presuntos responsables de un delito de homicidio, decretándose la prisión provisional para ambos.
EL HALLAZGO Y LA INVESTIGACIÓN
El cadáver fue hallado por una persona que paseaba por la zona sobre las 8.30 horas de ese miércoles de invierno. Tras llamar a los servicios de emergencias, hasta el lugar acudieron efectivos de Policía Nacional, Policía Municipal, Samur-Protección Civil y Bomberos del Ayuntamiento, quienes rescataron el cuerpo, que estaba con ropa y boca abajo. Los sanitarios confirmaron el fallecimiento, pero no manipularon el cadáver.
Poco después, el juez decretó el levantamiento del cadáver, que no llevaba documentación. Se trataba de una mujer de origen extranjero de entre 30 y 35 años. Las primeras pesquisas apuntaban que al menos estuvo toda la noche, debido a que el cuerpo estaba hinchado.
Horas después, la Policía identificó a la difunta, ya que entre la ropa no llevaba documentación. Se trataba de Cris Mairi P.F., española de 30 años y origen dominicano. La mujer estaba separada, con dos hijos y vivía actualmente en el barrio con otra pareja a 200 metros del estanque, en el barrio de San Cristóbal de los Ángeles. Era una conocida toxicómana del lugar y tenía múltiples antecedentes.
La autopsia preliminar realizada el día después en el Instituto Anatómico Forense no fue concluyente, por lo que pensaron que pudo ser una caída accidental. Pero más adelante le practicaron más pruebas, como pedía la familia, que revelaron que la mujer murió asfixiada por sumersión. Además, el cadáver tenía signos de un fuerte golpe en la cabeza y presentaba magulladuras por otras zonas del cuerpo.
El Grupo V de Homicidios de la Brigada Judicial de la Policía de Madrid se hizo cargo entonces de la investigación del caso pero las averiguaciones quedaron paralizadas por falta de pruebas hasta el pasado 6 de marzo, cuando los agentes de Homicidios recibieron una nueva información, una llamada anónima que delataba a los detenidos.
Este hecho, junto nuevas pesquisas, llevaron al arresto de estos dos jóvenes: un ecuatoriano y un español de origen ecuatoriano. El origen del asesinato fue la sustracción por parte de la fallecida de un teléfono móvil a uno de los detenidos, que al percatarse la emprendieron a golpes contra la víctima, tirándola inconsciente al agua, han indicado fuentes policiales.