Un pequeño municipio situado al oeste de la Comunidad de Madrid alberga el monasterio más antiguo de la región. Se trata de Pelayos de la Presa, un pueblo madrileño que guarda una joya de la que pocos lugares pueden presumir. Se trata de una obra arquitectónica cuyo origen se remonta al año 1150 y durante mucho tiempo ha sido tratado como si de unas simples ruinas se tratasen.
Sin embargo, esta estratégica construcción guarda una historia que no tiene nada que envidiar a otros edificios de época. Durante casi diez siglos, el Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias ha sido testigo del paso del tiempo y de los acontecimiento más importantes sucedidos en la Comunidad de Madrid.
El actual conjunto arquitectónico es el resultado de numerosas obras y transformaciones que se han ido sucediendo a lo largo del tiempo, debido a que el monasterio ha ido debilitándose por la falta de cuidado de mantenimientos al que estuvo sometido durante muchos años. Para remediar esta drástica situación, la Comunidad de Madrid está interviniendo desde hace varios años en su mantenimiento, habiéndose restaurado el año pasado la portada del monasterio.
Para poder conservar y mantener este histórico edificio declarado Monumento Histórico Artístico de carácter nacional, como BIC (Bien de Interés Cultural) en la categoría de Monumento en el año 1984, las autoridades madrileñas prevén continuar con el plan de restauración siguiendo las instrucciones definidas en el Plan de Seguridad previo a comenzar con las reformas.
Pensar que durante más de 100 años el monasterio estuvo descuidado por completo es un hecho que sorprende en la actualidad, teniendo en cuenta que su deterioro es en parte por la falta de interés y mantenimiento que se mostró por el mismo. No fue hasta 1974 cuando el arquitecto madrileño Mariano García Benito compró las ruinas y dio una nueva vida a esta olvidada joya arquitectónica.
En la actualidad, la Fundación Monasterio Santa María la Real de Valdeiglesias es la encargada de velar por el legado del monasterio y hacer de él un lugar del que puedan disfrutar las futuras generaciones. Por ello, desde hace unos años están permitidas las visitas de turistas todos los días de forma libre o a través de una visita guiada.
LA LEYENDA DEL FRAILE
Los inicios del monasterio parten de la época de los reyes visigodos pero su declive comenzó a principios del siglo XVIII. La reducción de la comunidad de monjes y el importante incendio producido en 1743 hizo que el Monasterio Santa María la Real de Valdeiglesias quedará abandonado y sin protección. El tiempo fue pasando y la construcción religiosa fue sufriendo las consecuencias de las invasiones y las desamortizaciones propias de la época.
El aura de misterio y oscuridad fue cerniéndose sobre el abandonado monasterio, surgiendo diversas leyendas que se contaban de padres a hijos. Una de estas populares fábulas cuenta que un pintor mató a su propio aprendiz al pensar que su mujer le había sido infiel con el joven. Para escabullirse de la justicia, se hizo fraile. Al enterarse pasado unos años de que su mujer estaba infectada de peste, decidió enterrarla entre los muros del antiguo monasterio. En la actualidad hay quien dice que si visitas el histórico edificio durante la noche puedes escuchar a la esposa resonando sus gritos en las paredes del monasterio.