La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha renovado por completo su ejecutiva. Hay varias lecturas, pero la más clara es que la líder autonómica ha premiado durante este congreso a quienes se han mantenido leales a su causa desde el principio. Se han pagado deudas pendientes, como la de Alfonso Serrano, quien pudo ser consejero y ahora es secretario general del Partido Popular de Madrid. Se ha sacado a todo aquel que se mantuvo fiel a Pablo Casado en el choque interno y se ha ascendido a quienes se mantuvieron fieles a la presidenta de la Comunidad de Madrid desde Nuevas Generaciones; como es el caso del secretario de distritos y director general de Autónomos y Emprendimiento, Alberto González.
Mientras algunos han caído en desgracia, hay quienes desde la discreción recogen la lealtad sembrada. Es curioso ver cómo cambian las cosas. Mientras algunos miembros del PP de Madrid no daban la cara por Ayuso cuando Génova quería su cabeza política, había otros que cerraban filas en torno a la presidenta sin importarles las consecuencias, incluso a sabiendas de que ello podría costarles el puesto. Este es el caso de Alberto González, un político discreto que pasó de jefe de protocolo de la Consejería de Medio Ambiente a la Dirección General de Autónomos y Emprendimiento para ahora convertirse en secretario de distritos, un cargo que le viene como anillo al dedo dada la opinión que tienen de él quienes le conocen.
Alberto González fue de esos pocos que cuando eran preguntados por los roces internos entre Casado y Ayuso, cerraban filas con su presidenta. Y hablamos de esas semanas en las que apoyar a Ayuso significaba ponerte una diana en la frente ante Génova. Al igual que González, había otros populares como la consejera Paloma Martín, el secretario general del PP de Madrid, Alfonso Serrano o la diputada Noelia Núñez que apoyaron sin dudarlo a al presidenta autonómica. Pero el caso de González es especialmente particular dado que es de los pocos que puede presumir de su lealtad a la presidenta desde su paso por Nuevas Generaciones.
APOSTAR A CABALLO GANADOR CON AYUSO
Que además de director general de Autónomos y Emprendimiento, un cargo de considerable responsabilidad dado el presupuesto que maneja, sea ahora secretario de distritos es algo que deja claro que la presidenta le quiere cerca. Pero sobre todo, es algo que deja claro que González fue de los pocos que se mantuvo leal a la presidenta cuando las críticas venían mal dadas. Otros, como Enrique López o David Pérez, no parece que vayan a tener tanta suerte. Ellos se mantuvieron leales a Casado y jugaron incluso un papel de “agente doble” que puede costarles el cargo de consejero. Pero la mayoría de los diputados y directores generales que apostaron fuerte por Ayuso, han tenido su premio en este congreso.
Ahora Alberto González despacha con Javier Fernández Lasquetty, otro consejero que apostó por la presidenta pese a que Génova apretaba las tuercas todo lo que podía a los dirigentes de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, dado que ahora tiene un cargo importante dentro de la estructura del Partido Popular de Madrid, ya nadie se atreve a ponerle techo. El juego político da giros de 180 grados. Que se lo pregunten a Carlos Izquierdo o a Enrique López. Pero también es un juego en el que la lealtad se premia, siempre que sea sincera y que se mantenga en las horas bajas. No es de extrañar que antes de que Ayuso anunciara los nombres este pasado viernes por la tarde la mayoría de los asistentes estuvieran nerviosos. Muchos se han ido a la calle por apostar por el caballo perdedor.
El papel de Alberto se dejará ver en los próximos meses y, sobretodo, tras las elecciones de mayo de 2023. Su labor como secretario de distritos ha sido muy bien recibida por los suyos dado que la mayoría a nivel interno le conocen y mantienen una excelente relación con González. Habrá que ver qué pasos da González en los próximos meses. Por el momento, bastante tiene con contentar a los autónomos y a los emprendedores de la Comunidad de Madrid, quienes pasan por un momento complicado.
