Contra viento y marea, gentrificación o incluso la Guerra Civil, estas tabernas y bares centenarios continúan sobreviviendo y levantándose orgullosos en las calles madrileñas, ofreciendo desde caracoles a vermú de grifo, a un reconfortante cocido. El Ayuntamiento blindó a una docena de ellos nombrándolos espacios culturales y turísticos de especial significación ciudadana e interés general para la ciudad.
5TABERNA DE ANTONIO SÁNCHEZ
Pocos cambios ha tenido este histórico bar, desde su mostrador de zinc a la cabeza de toro en la pared: sus múltiples dueños siempre han tenido que ver con el mundo del toreo. Su origen se remonta a 1787, y ha atendido a personajes como Pío Baroja o Julio Camba. Al parecer, sus torrijas fueron tan famosas que el rey Alfonso XIII y su familia las solicitaban para desayunar a diario.