Madrid cuenta con un amplio registro de monumentos y edificios históricos. Pero también de sucesos y hechos difíciles de explicar, y que a día de hoy siguen llamando la atención de muchos curiosos. Es el caso de algunos de los cadáveres más famosos de la capital española que, a día de hoy, siguen desaparecidos.
Sin duda, visitar Madrid permite a cualquier turista disfrutar de algunos de los monumentos y edificios más emblemáticos e históricos del país. Es el caso del Palacio Real, El Retiro, o la Puerta del Sol. Una ciudad que combina la cultura, con la gastronomía, el ocio, el deporte… y si, los sucesos más inexplicables de todos los tiempos.
Y es que en Madrid también se han producido “desapariciones” que, a día de hoy, siguen llamando la curiosidad de miles de visitantes de la capital. Y es que el misterio de la desaparición de personajes tan emblemáticos de Madrid como Miguel de Cervantes o Francisco de Goya, siguen provocando la incertidumbre y la curiosidad entre aquellos que visitan Madrid año tras año.
LOS RESTOS DE MIGUEL DE CERVANTES
Tal vez, uno de los escritores más famosos y reconocidos de la capital española sea, ni más ni menos, que el creador de El Quijote, Miguel de Cervantes. Un escritor cuyos restos se creían descansando en el convento de las Trinitarias Descalzas. Un lugar escogido por el propio Cervantes para ser su última morada, especialmente, por ser un lugar de gran apego emocional para él, vecino del barrio madrileño en el que se encuentra en convento.
Sin embargo, poco o nada se ha podido conocer sobre el verdadero paradero de Miguel de Cervantes. Y es que en 2015 se llevaba a cabo una investigación, por parte de más de 30 expertos, en el convento. Una investigación que esperaba encontrar el cadáver de Miguel de Cervantes, pero que resultaba ser una tarea titánica. Y es que los restos del escritor, tal y como aseguraban los investigadores, estaban entremezclados con los restos de otros 16 cadáveres en una cripta del convento madrileño. Algo que, sin duda, hace muy complicada la tarea de recuperar los restos del escritor.
LA CABEZA “PERDIDA” DE FRANCISCO DE GOYA
Los restos del pintor Francisco de Goya también reposan en Madrid. En concreto, en la ermita de San Antonio de la Florida, bajo la cúpula que el mismo Goya había pintado.
Sin embargo, éste no fue el primer lugar donde reposó el cuerpo del pintor. Y es que, tras su fallecimiento en 1828 en Burdeos, Goya estuvo enterrado durante más de 50 años en el cementerio de La Chartreuse. Cuando, por fin, las instituciones españolas consiguieron recuperar el cadáver, durante la exhumación, sufrieron una desagradable sorpresa: la cabeza del pintor no reposaba junto al resto de su cuerpo.
Algo que ha provocado muchas hipótesis desde entonces. La más aceptada, que el propio Goya confió, tras su muerte, que su cabeza fuese confiada a un médico para su estudio científico.
LOS “CADÁVERES PERDIDOS” DE MADRID
Sin embargo, no son sólo estos dos ilustres hombres los que se mantienen como un secreto tras su fallecimiento. Y es que muchos son los artistas cuyos cadáveres parecen haber desaparecido irremediablemente.
Es el caso de Lope de Vega. Y es que tras el fallecimiento del escritor madrileño, su cuerpo fue enterrado en 1635 en la iglesia de San Sebastián, cerca de Atocha. Un lugar en el que se cree que aún reposa, pero sin que haya señalización alguna de dónde descansan sus restos. Y es que, según los rumores, el cuerpo del escritor podría haber sido arrojado años después a un osario común, sin que se haya podido recuperar su cuerpo.
También desaparecidos están los restos del pintor sevillano, y madrileño adoptado, Diego Velázquez. Su cuerpo, tal y como se ha podido saber, fue inhumado en San Juan, cerca de la plaza de Ramales. Un lugar destruido tras el paso de las tropas de Napoleón, momento en el que los restos de Velázquez desaparecieron irremediablemente, a pesar de los esfuerzos por recuperarlo.
Grandes hombres de la cultura y de la historia de España cuyos restos reposan en Madrid. Eso sí, sin que se conozca el paradero exacto de los mismos. Algo que no hace más que incrementar su leyenda, convirtiendo a la capital en un lugar de culto para aquellos que aún esperan saber más de estos ilustres.