El transporte público, viajar en bus, metro o tren, es una de las pocas actividades en las que aún es obligatoria la mascarilla. Los responsables de los transportes llevan meses reclamando normalizar la situación en estos entornos, ya que se sienten perjudicados y estigmatizados. La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, no ha acabado de cantarse este viernes sobre el uso de la mascarilla. Un jarro de agua fría sin duda para los cabezas del transporte público madrileño, cuya máxima expresión es el Consorcio Regional de Transportes (CRTM).
Díaz Ayuso, ha apuntado a que se está en una etapa “que parece de más contagios en general”. Es decir, ha apelado a la prudencia antes de abogar por retirar el último territorio (al margen del uso en el sistema sanitario) de la mascarilla, casi tres años después de que estallara la pandemia de la Covid-19.
DECLARACIONES DE LA MINISTRA DARIAS
Ayuso ha respondido a los preguntas de los periodistas, durante una visita a la nueva oficina de empleo de Vallecas Santa Eugenia, en Madrid capital, respondiendo a las declaraciones de la ministra de Sanidad, Carolina Darias, quien ha indicado que aboga por mantener hasta que los expertos digan lo contrario.
“Nada que valorar al respecto. Sanidad sabrá las decisiones que tiene que tomar en ese aspecto”, ha señalado la dirigente regional, quien ha incidido en que ahora mismo se está “en una etapa que parece de más contagios en general”, como por ejemplo de gripe, y se tendrán que “seguir todas las decisiones que se vayan tomando desde el Ministerio”.
El sistema sanitario madrileño es el que más recibe el impacto a cada variación en las olas de contagio de la Covid-19. Aunque las vacunaciones y la extensión de la enfermedad han quitado virulencia a estas olas, lo cierto es que periódicamente el sistema se estresa ante la demanda de nuevos contagios. En estas fases de la pandemia, el esfuerzo se siente sobre la atención primaria.
UN LARGO ANHELO DEL TRANSPORTE PÚBLICO
El fin de mascarilla es un largo anhelo de las compañías de transporte público. Ninguna ha recuperado aun los niveles de usuarios prepandemia. En el mejor de los casos, se supera el 80% de los usuarios respecto a los que viajaban en estos medios en el año 2019, último con datos normalizados.
No es solo el caso de buses, trenes y metros. Los vuelos comerciales también requieren el uso de mascarillas, así como servicios como el taxi y los transportes en vehículos como Uber o Cabify. Parece bastante claro que no se podrán hacer viajes a cara descubierta al menos hasta que pasen las fiestas navideñas y los contagios estén estabilizados. Lo complicado es compatibilizar la máxima de que el transporte público es seguro con este tipo de medidas que ya no están en vigor en el resto de actividades sociales, como la hostelería.