El consejero de Transportes e Infraestructuras, David Pérez, ha negado que haya “riesgo para la seguridad” en los socavones aparecidos sobre el trazado del proyecto fallido del tren Móstoles-Navalcarnero y ha acusado a la alcaldesa de Móstoles, Noelia Posse (PSOE), de generar una “alerta artificial”. Así lo ha señalado Pérez después de que la regidora socialista alertara el viernes pasado de la aparición de “graves hundimientos y socavones” en el trazado tras una inspección en el tramo final de la Avenida Iker Casillas, a la altura del Polideportivo Andrés Torrejón.
La regidora socialista exigió entonces que el Gobierno regional enviara a sus técnicos “de modo urgente a inspeccionar la zona e informar al Ayuntamiento de todas las actuaciones que han realizado y que va a llevar a cabo para garantizar la seguridad“, ya que, no quería que Móstoles “se convirtiera en otro San Fernando de Henares”.
Sin embargo, esta situación para David Pérez se corresponde con “un intento de crear alarma y es curioso que sea a tres meses de las elecciones. Hay que hablar con seriedad. No tiene ningún alcance más que el que se quiera crear”. Por ello, fuentes de la Consejería de Transportes e Infraestructuras han señalado que los técnicos de la Comunidad de Madrid “ya han revisado” en los últimos días la situación de los citados terrenos y que “han visto que no hay ningún riesgo ni para los vecinos ni para el municipio”, por lo que se ve van a “rellenar.
De hecho, Pérez explica que el propio viernes el director general de Infraestructuras, Miguel Núñez, se desplazó a la zona del trazado, donde se valoró y se determinó que “no tiene importancia ni existe el más mínimo riesgo”, por lo que entienden que desde su área se ha actuado con “pura diligencia”.
EL ESTADO DE LAS OBRAS
Desde el Consistorio insisten en que “los trabajos llevados a cabo por la Comunidad de Madrid tampoco coinciden con el proyecto inicial”, han explicado, por lo que solicitan toda la información referente al proyecto, para “conocer cuál es exactamente el estado de la zona y si pueden surgir problemas en otras partes de la ciudad incluidas en el trayecto previsto para el tren de Móstoles a Navalcarnero”.
La ampliación de la red de Cercanías desde Móstoles a Navalcarnero fue un compromiso electoral bajo el mandato de la expresidenta regional Esperanza Aguirre. A partir de este compromiso, y después de la negativa del Ministerio de Fomento de asumir esta obra, fue la Comunidad de Madrid la que se embarcó en este proyecto y la licitó a una filial de OHL en 2009, bajo un presupuesto de 369 millones de euros.
Este trazado, que en teoría tendría 15 kilómetros y 7 estaciones, y que iba a estar abierto a finales de 2015, se paralizó en 2010 y, más de una década después de que se anunciase esta obra, los vecinos y vecinas de Navalcarnero y Móstoles siguen sin tener esta conexión. Tras esta reclamación, y con un informe del Consejo Consultivo a favor, en febrero de 2016 la Comunidad inició un expediente de penalidades, con una multa de 34 millones de euros, y le dio a la concesionaria un plazo de 16 meses para la ejecución de la totalidad del contrato, plazo que terminaba en septiembre de 2017.
Sin embargo, en vistas de que la compañía no había retomado las obras, en julio de 2017, el Gobierno regional, que entonces estaba presidido por Cristina Cifuentes, ordenó finalmente la resolución del contrato por incumplimiento culpable de Cemonasa, orden que el TSJM declaró nula y el Supremo confirmó en octubre pasado.