El Partido Popular se ha roto en Collado Mediano. Este pueblo de la sierra madrileña ha sido un feudo incontestable del PP desde hace años, pero la nueva alcaldesa, Irene Zamora, y sobre todo su teniente alcalde, José Antonio Blasco, han conseguido hacerlo e incluso han motivado a que se presenten viejos cargos de la formación bajo otras siglas para intentar sacarles del Ayuntamiento. Desde la propia policía municipal hasta la antigua alcaldesa (también del PP), María Rubio, según cuentan fuentes municipales, están comprometidos con la idea de sacar a Irene Zamora. Sin embargo, la directiva del PP de Madrid, dirigida por Alfonso Serrano, ajena a esta realidad, no quiere entrar a meter mano en un partido que está más que señalado.
Nunca antes se podía haber hablado de lucha de partidos y de puñaladas internas en un pueblo de poco más de 7.000 habitantes como es Collado Mediano. El problema es que la gestión de Irene Zamora ha dejado completamente tocada la imagen del PP en el municipio. Hasta María Rubio, antigua alcaldesa del pueblo, está en contra de una administración que dejó por todo lo alto y ahora ve cómo Zamora la ha llevado a que incluso surjan nuevos partidos de derechas que tienen el único objetivo de sacarles del Consistorio. La realidad es tan cruda para Zamora que incluso todos los partidos de la oposición (a excepción de María José Jiménez Armesto, ex de Izquierda Unida y principal soporte, por cuestiones de amistad personal, de la alcaldesa).
Irene Zamora ha conseguido enfrentarse con Vox, con el resto de las formaciones de la oposición, con los exdirigentes del PP que formaron parte de la corporación municipal bajo el mando de María Rubio e incluso con la Policía Municipal de Collado Mediano. Eso sin entrar en la percepción que tienen de ella en otros estratos del municipio, como los comercios locales. Nadie apoya a la alcaldesa. Pero lo grave es que quienes formaron parte del PP ahora han montado una formación que se llamará Vive Collado que tiene el único objetivo de sacar a Zamora y al teniente alcalde, José Antonio Blasco, de la corporación municipal en las próximas elecciones.
La realidad de Collado Mediano es lo suficientemente extraña como para que solo la exdirigente (eterna) de Izquierda Unida, conocida como Pepa en el pueblo, sea el principal soporte de la alcaldesa. El municipio ha llegado al extremo de que la policía municipal recibe llamadas en las que se les solicita que no permitan salidas de tono de los periodistas en los plenos. Fuentes del Ayuntamiento de Collado Mediano reconocen que la alcaldesa se ha negado a que graben los plenos porque lo considera ilegal y ella misma se considera autoridad suficiente para limitar esta transparencia. Todo esto da una idea del nivel de tensión que se vive en un pueblo que no está acostumbrado a salir en los medios y a que se fiscalice lo que hacen. Hasta las multas por presunto exceso de velocidad que le ponen al teniente alcalde en un coche oficial que usa con demasiada frecuencia caen en el pleno y disparan la tensión entre los concejales.
Lo curioso es que, de cara a las elecciones municipales del 28 de mayo de 2023, en el PP de Madrid no se quieren meter en este punto ni hablar sobre alternativas a Zamora (aunque sí se abren a alternativas al polémico teniente alcalde). Conocen el pueblo por haber sufrido el peor incendio e la Comunidad de Madrid de las últimas décadas, pero no entienden muy bien cómo se mueve su partido. Irene Zamora, acostumbrada a citar de forma errática 1.001 artículos sin tener muy claro lo que dice, según cuentan fuentes de su entorno, también ha tenido la capacidad de convencer a Alfonso Serrano para mantenerse en el cargo y evitar volver a la vida privada. Lo que no tiene tan claro Serrano es que los antiguos primeras espadas del PP en el municipio, liderados por María Rubio, están deseando sacar a Irene Zamora del cargo. Por eso quieren formar otro partido.