A pocos meses de terminar la legislatura antes del encuentro democrático con las urnas, el Ayuntamiento de Madrid dirigido por José Luis Martínez-Almeida, y en concreto, el departamento de Borja Carabante, anunciaban y estrenaban el renovado servicio Bicimad de la capital española. Un servicio que prometía ser todo un “verano azul” para el equipo popular pero que, sin embargo, se ha convertido en una auténtica pesadilla. Especialmente, para los usuarios de este transporte, que siguen mostrando las graves y continuas deficiencias del servicio días después de su lanzamiento.
La movilidad es, sin alguna duda, una de las grandes problemáticas de las grandes ciudades. Algo que, en el caso de la capital española, se ha convertido en la gran tarea y preocupación del delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, quien se ha afanado en la última legislatura por convertir a Madrid en una ciudad cada vez más “eco-sostenible”, apostando por “premiar” los vehículos eléctricos o híbridos, así como ofreciendo alternativas de transporte público cada vez más “eco-responsables”.
Contexto en el que el servicio de bicicletas eléctricas públicas, conocido como Bicimad, ha sido una de las claras apuestas del departamento de Carabante que, este pasado 7 de marzo, presentaba su nueva versión, el “nuevo Bicimad”, con 7.500 bicicletas eléctricas, y más de 600 estaciones. Una auténtica “marea azul” de movilidad eléctrica con la que, desde el Ayuntamiento de Madrid, se fomentaba el uso de un transporte público limpio y al alcance de todos, con una promoción de uso gratuito de estas bicicletas hasta el próximo verano, en todo un ejercicio de “verano azul” por parte del departamento de Borja Carabante que a pocos dejaba indiferente.
UN PLAN QUE SE CONVIERTE EN LA GRAN “PESADILLA” DE LA MOVILIDAD
Sin embargo, este gran proyecto de movilidad sostenible y eléctrica del departamento de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid parece haber pasado de ser un refuerzo a la movilidad urbana de Madrid, a convertirse en una verdadera pesadilla para sus usuarios. Y es que, a pesar del gran esfuerzo del equipo de Carabante, parece que la eficacia de las nuevas Bicimad brilla por su ausencia.
“Son las bicis antiguas que no tiraban y tenías que pedalear como un condenado, pero pintadas de un bonito azul. Estas bicis van a desesperar más a los conductores que a los usuarios” lamentaba un usuario de las redes sociales. Una realidad que han experimentado varios usuarios, y que lamentan que vaya a provocar que sean muchos los que abandonen el uso de la Bicimad: “va a ser un esfuerzo titánico. Sin duda, van a desincentivar el uso del servicio aún más”.
Sin embargo, es el propio sistema de gestión de reserva y pago el que se está convirtiendo en la verdadera pesadilla para todos los que optan por la Bicimad. Y es que los errores en la informática del servicio se siguen sucediendo, sin que parezca que haya una solución a corto plazo para estos errores.
“Quiero darme de alta por primera vez y no soy capaz, después de varios días… Hago el registro en bicimad, llegando hasta la tarjeta bancaria, luego se bloquea” lamenta un usuario; “Bicimad ya era un desastre. Pero desde la migración al nuevo sistema, es insoportable. Fallos continuos en la app, no poder desanclar bicis, el servicio técnico saturado las 24 horas…” lamenta otro.
Una situación ante la que, sin embargo, otros intentan ver el lado bueno, tirando de ironía para criticar el nuevo servicio de Bicimad de Borja Carabante, pero con un pequeño toque de humor: “el nuevo sistema de Bicimad para desplazarse en bici es una mierda, pero como método para conocer gente no está mal, oye. Intentar desanclar bicis une gente”.