La celebración del patrón de Madrid, San Isidro, ha provocado las reacciones de los madrileños, los cuales, partidarios y detractores de diversos políticos, han irrumpido en aplausos o han mostrado su rechazo al paso de los mismos.
Estos días de celebración en la capital han sido motivo de objeto político por la proximidad de las elecciones a esta festividad. El 28 de mayo y las elecciones autonómicas y municipales están a la vuelta de la esquina, algo que ha provocado que los madrileños hayan reaccionado a la llegada de los políticos: ya sea en forma de aplausos como de abucheos.
La celebración del patrón de Madrid, San Isidro, en plena campaña electoral para las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo se ha cristalizado en una Pradera polarizada, con partidarios y detractores de diversos políticos que han irrumpido en aplausos o han mostrado su rechazo al paso de los mismos.
Además, se han producido pequeños enfrentamientos entre diversos ciudadanos que mostraban estar en desacuerdo o no con uno u otro político. Así ha pasado cuando vecinos de Arganzuela han pedido al regidor, José Luis Martínez-Almeida, que no tale árboles para construir la Línea 11 de Metro, y otros ciudadanos les han mandado “limpiar bosques” contra incendios. El enclave que retrató Goya, este año con menos calor del que es habitual en la capital para esta celebración, ha vuelto a lucir un tapiz de claveles rojos con espacio para las rosquillas, tanto listas como tontas, y el tradicional bocadillo de gallinejas.
LA POLÍTICA INUNDA SAN ISIDRO
Los principales representantes políticos no han dudado en acudir a esta celebración con el atuendo tradicional. En este sentido, han acudido vestidas de chulapas la vicealcaldesa, Begoña Villacís; la candidata del PSOE a la Alcaldía, Reyes Maroto; la candidata de Más Madrid a Cibeles, Rita Maestre; la candidata de Podemos a la Presidencia de la Comunidad, Alejandra Jacinto, y la candidata de Vox a la Presidencia regional, Rocío Monasterio. Por su parte, Mónica García (candidata de Más Madrid a la Presidencia regional) ha optado por el tradicional chaleco de chulapo.
La líder de Sumar, la también vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ha vuelto a la Pradera, esta vez en año electoral. Allí ha sido recibida por gritos de “fuera, fuera” por un grupo de críticos mientras que sus simpatizantes replicaban coreando “presidenta”.
Díaz ha dado apoyo a las candidaturas progresistas en Madrid con un saludo a los aspirantes de Podemos e IU y más dedicación a las cabezas de listas de Más Madrid, con las que ha compartido un paseo por la pradera de San Isidro y visitado la caseta de este partido. También se ha producido un episodio de tensión cuando una mujer ha tirado al aire propaganda electoral de la candidatura de Podemos-IU-Alianza Verde mientras Díaz conversaba con García y Maestre.
Los candidatos de la formación ‘morada’, Alejandra Jacinto y Roberto Sotomayor, también han acudido a la Pradera con guiños al Madrid más castizo. Así, mientras que el ex-atleta cambiaba las zapatillas de entrenamiento por una parpusa, Jacinto ha optado por vestirse de chulapa con un mantón de su tía abuela. Antes, en el acto institucional, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, condecoraba en este día a la presentadora y empresaria Ana Rosa Quintana y a la cantante Alaska.
UN RECUERDO A ESPERANZA AGUIRRE
Las campañas de las elecciones municipales y autonómicas suelen coincidir con San Isidro, por lo que las romerías más políticas son, sin duda, las electorales. Fue el caso del año 2011, que tuvo como protagonista a Esperanza Aguirre. A una semana de ganar las elecciones y conformar así su tercer y último mandato en la Comunidad de Madrid, la líder del PP se rodeó de 16 chulapas que modificaron el pasodoble de ‘la Calle de Alcalá’ para la ocasión: “Por la calle de Alcalá, Esperanza viene y va, pico y pala apoyaos en la cadera, de Alcobendas a Aranjuez, de Buitrago a Leganés, todos quieren que se presente otra vez’, entonaban sus acompañantes.
Aguirre también fue la comidilla del San Isidro de 2014, pero no por su presencia, sino por su ausencia. Era tradición verla paseando por la pradera vestida de chulapa. Por eso, el 15 de mayo de 2014, fue muy comentado que no fuese ni al acto institucional del Ayuntamiento de Madrid ni pasease por la pradera. Aguirre esquivó así a la prensa una semana después de que trascendiese la noticia de que había arrollado con su coche una moto de un agente de movilidad en plena Gran Vía.