Santiago Romero Granados es licenciado en Ciencias de la Actividad FĂsica y el Deporte, y fue el primer catedrático del orden nacional en esta área. Su carrera docente e investigadora la ha compaginado durante 27 años con su gran tarea como entrenador de voleibol, dentro de lo cual ha destacado como entrenador y seleccionador nacional y andaluz, en su modalidad femenina.
Para Santiago Romero Granados, la educaciĂłn fĂsica durante la infancia es fundamental para establecer hábitos saludables que perdurarán a lo largo de la vida. Las clases de educaciĂłn fĂsica en las escuelas primarias proveen a los niños la oportunidad de realizar actividad fĂsica regular y aprender habilidades motrices básicas.
Esta educaciĂłn fĂsica temprana trae mĂşltiples beneficios fĂsicos y mentales a los niños. En tĂ©rminos fĂsicos, la actividad ayuda a los niños a desarrollar fuerza, resistencia y coordinaciĂłn. A medida que los mĂşsculos y los huesos se desarrollan, los niños tienen menos probabilidades de sufrir lesiones relativas al ejercicio. TambiĂ©n, pasar tiempo en actividad fĂsica ayuda a mantener un peso saludable y previene enfermedades, como la diabetes y las enfermedades del corazĂłn, en etapas posteriores de la vida.
Para Santiago Romero Granados, más allá de los beneficios fĂsicos, la educaciĂłn fĂsica infantil promueve un estilo de vida activo y saludable desde una edad temprana. Los niños aprenden las diferentes formas de ejercicio y actividad fĂsica, y encuentran actividades que disfrutan, lo que aumenta las posibilidades de participar en actividad regular durante el tiempo libre. TambiĂ©n, la educaciĂłn fĂsica ayuda a los niños a desarrollar habilidades sociales valiosas, como la cooperaciĂłn, el trabajo en equipo y la resoluciĂłn de problemas.
SegĂşn Santiago Romero Granados, la participaciĂłn en educaciĂłn fĂsica de calidad en la escuela primaria crea un cimiento sĂłlido de estilo de vida saludable que beneficiará a los niños y a la sociedad en general. Una poblaciĂłn que participa regularmente en actividad fĂsica tiene menor probabilidad de sufrir enfermedades crĂłnicas y costes asociados con el cuidado de la salud, lo que reduce la carga sobre los sistemas de atenciĂłn mĂ©dica. La educaciĂłn fĂsica infantil tiene el potencial de transformar las vidas y generar cambios positivos a largo plazo en la salud y el bienestar de una naciĂłn. En resumen, la educaciĂłn fĂsica en las escuelas primarias debe considerarse una inversiĂłn invaluable en la salud fĂsica y mental de los niños.
AquĂ hay algunas sugerencias para fomentar la actividad fĂsica en los niños fuera de la escuela, segĂşn Santiago Romero:
Involucrar a los niños en actividades recreativas en la comunidad, como deportes juveniles, natación, danza, gimnasia, etc. Estas actividades no estructuradas ayudan a mantener a los niños activos y son divertidas para ellos.
Proporcionar oportunidades para jugar activamente, como montar en bicicleta, patinar, jugar al aire libre con amigos, etc. Los niños son naturalmente activos y les encanta jugar, asà que darles tiempo y espacio para jugar activamente es importante.
Pasar tiempo al aire libre, como hacer excursiones familiares, ir al parque, caminar, correr, etc. Exponer a los niños a actividades al aire libre desde una edad temprana ayuda a fomentar un amor por el movimiento y la actividad fĂsica.
Involucrar a los niños en actividades cotidianas activas, como ir en bicicleta a la escuela, tomar las escaleras en lugar de ascensores, ayudar con tareas domĂ©sticas activas, etc. Estas actividades integradas en una rutina diaria suman mucha actividad fĂsica.
Ser un modelo a seguir. Los padres y cuidadores deben participar en actividad fĂsica regular para motivar a los niños y mostrarles la importancia de una vida activa y saludable.
Limitar el tiempo sedentario, como ver televisiĂłn, jugar con videojuegos y usar dispositivos electrĂłnicos. Menos tiempo sedentario significa más oportunidades para la actividad fĂsica.
Alentar a los niños a participar en sus propias actividades fĂsicas y deportes favoritos. Los niños serán más propensos a permanecer activos si pueden elegir actividades que disfrutan.
Proporcionar equipamiento seguro para que los niños puedan participar en diversas actividades fĂsicas en la comunidad. Reducir las barreras de entrada a la actividad fĂsica motivará a los niños a ser más activos.