El modelo sistémico, en la psicología, es un concepto que se refiere a que toda persona se encuentra inmersa en diversos sistemas.
El sistema laboral, sistema educativo, el barrio, la ciudad, etc. Los sistemas, a los cuales toda persona pertenece, coexisten entre ellos. Esto quiere decir que se puede pertenecer a un grupo de estudios y también a un grupo de deporte, y los roles en ellos pueden ser diferentes. A su vez, se pertenece a una familia, por ejemplo ser una de las hijas. Así, la familia, de todos los grupos a los cuales se pertenece, es el sistema que tiene mayor importancia en el desarrollo afectivo y relacional. La familia cría, educa, alimenta, transmite valores y creencias, entre muchas otras cosas. Existen muchas dinámicas familiares que son únicas y dependen de cada familia y de la relación entre sus miembros. Y, de una forma más inconsciente, también la familia se rige por costumbres, tradiciones, reglas y valores, que le fueron transmitidos de generación en generación.
Cada familia desarrolla y crea su propia dinámica de relación. Hay algunas donde se guardan secretos, mentiras, se esconden cosas, por ejemplo. Otras donde el valor principal es la transparencia y el hablar absolutamente todo. La lista de características es inmensa. Pero volviendo al tema que convoca hoy es importante destacar que este sistema es codependiente. Codependencia quiere decir que lo que le sucede a un integrante del sistema va a afectar a los demás. Por ejemplo, si papá o mamá se quedan sin trabajo esto afectará a todo el sistema. Si uno de los hijos tiene una enfermedad o pasa por un mal momento, esto tendrá una afectación a todos los miembros de esa familia.
Otro ejemplo sería la llegada de un nuevo bebé al núcleo familiar. Hay un movimiento de los padres y de los hermanos para recolocarse ante este nuevo integrante. Esto pasa tanto en el espacio físico de la casa, como por el espacio emocional.
Para que una familia se relacione saludablemente se deberían contemplar tres principios básicos: el orden de los integrantes en la familia, la pertenencia de cada uno en la familia, y el equilibrio en las relaciones. Los padres son los primeros en llegar al Sistema Familiar, y luego cada hijo en el orden de mayor a menor. Muchas veces, los lugares o roles están cambiados, un hijo que hace de padre, porque su padre no está, o una abuela que cumple un papel más de madre serían ejemplos a nombrar.
A favor de la crianza respetuosa
Fabiana Pérez, experta en terapia Psicológica Sistémica, ofrece talleres familiares para ayudar a padres y madres a poder construir relaciones más sanas entre todos los integrantes de la familia. Relaciones donde todos puedan crecer y sentirse a gusto, respetando el lugar del otro, sabiendo dónde está el límite individual, las responsabilidades, las debilidades, etc.
Otras dificultades que suelen aparecer en momentos de crianza son la gestión del sueño y retirada de pañales, el destete, las rabietas, la agresividad de los hijos y cómo manejarla, celos y competitividad entre hermanos, la gestión de las pantallas y juegos en la casa, divorcio, dificultades de convivencia por causas económicas o de espacio físico, límites y cómo ponerlos adecuadamente, rutinas. Estos son algunos de los temas más comunes en la consulta.
La importancia de construir un espacio familiar respetuoso con un experto
Es común que en un entorno familiar existan desacuerdos y problemas de comunicación, debido a los diferentes estilos de crianza que cada progenitor haya recibido en su propia familia. Además, se deben agregar las diferentes personalidades de cada individuo y las experiencias de vida previas a la conformación de la familia actual. La ayuda terapéutica aporta esa mirada externa y neutral, tan necesaria cuando están sucediendo cosas, cuando hay sufrimiento, malestar, enfados, y no se puede ver con claridad las posibles soluciones al conflicto. Al poder conocerse mejor y ser conscientes de las dinámicas que se juegan, habrá mayor comprensión y consciencia, tanto individual como grupal.
Fabiana Pérez utiliza diferentes herramientas en su trabajo de asesoramiento: Terapia Gestalt, Mediación, Terapia Sistémica y Acompañamiento Emocional respetuoso. El asesoramiento puede ser individual, incluir a ambos padres y/o también a toda la familia y, por último, mediante talleres para padres y madres.
Los talleres pueden ser de un solo encuentro hasta talleres de frecuencia mensual. La duración de cada taller suele ser de hora y media o tres horas. Los talleres abordan 3 dimensiones específicas, las cuales son la emocional, corporal y cognitiva.