La Sierra madrileña se ha convertido, especialmente después de la pandemia del coronavirus, en una “escapatoria” para muchos madrileños. Un “acercamiento” a la Naturaleza que, sin embargo, se ha traducido en fuertes retenciones y atascos en la principal carretera que conecta el norte de Madrid con la Sierra, la M-607, que ha vuelto a convertirse este fin de semana en una auténtica “ratonera” para los conductores.
El Covid-19 demostraba a los madrileños que otra forma de vivir es posible. Y es que el “encierro” durante meses provocaba que muchos madrileños “redescubrieran” la sierra madrileña, no sólo como una escapatoria al encierro en unos pocos metros de la capital, sino también como una opción de disfrutar de la Naturaleza a unos cuantos minutos del corazón del centro de Madrid.
Una situación que ha provocado, no sólo la masificación de la Sierra, especialmente los fines de semana y festivos, sino también continuos atascos y aglomeraciones de coches que, cada fin de semana, suben y bajan desde los barrios más céntricos de la capital en dirección a la Sierra. Especialmente, en el caso de la M-607, la carretera principal de conexión entre la zona norte de Madrid y la sierra madrileña.
CORTES TOTALES, Y ATASCOS MULTITUDINARIOS
Así pues, muchos madrileños han podido comprobar que, especialmente que el calor parece haber llegado a la región, los viernes y domingos la M-607 se ha convertido en una auténtica “ratonera”, siendo casi imposible poder circular por esta conocida carretera sin encontrarse restricciones.
Algo que se ha agravado este domingo, cuando un accidente de moto provocaba que los servicios de emergencia decidieran cortar por completo la M-607, desde el desvío a la M-40, hasta la entrada norte de Madrid. Un corte que muchos consideraban que era exagerado, tanto en tiempo, como en amplitud del corte de tráfico, que provocaba cerca de una hora de retenciones en la M-607 en pleno domingo de retorno a la ciudad.
Situación que volvía a poner sobre la mesa, especialmente para aquellos que viven alrededor de la M-607, la mala situación de la carretera. Y es que, en muchas ocasiones, esta vía es la única posibilidad de movilidad para muchos municipios, que se enfrentan a situaciones de atascos frecuentes, convirtiéndose la carretera en una verdadera “ratonera” de la que no hay forma de salir.
UNA “TRAMPA MORTAL” PARA LOS MOTORISTAS
Una “trampa mortal” para los motoristas que no sólo se debe a las aglomeraciones de coches, o a las imprudencias de muchos al volante. Y es que, a la falta de visibilidad de algunas zonas de la carretera M-607, con fuertes curvas y cambios de rasante, también parecen unirse las propias marcas viales de la carretera madrileña..
Así pues, tal y como han informado fuentes a Qué!Madrid, son muchos los motoristas que, día tras día, sufren “sustos” debido a la pintura utilizada la Comunidad de Madrid en la señalización del asfalto. En concreto, durante los días de lluvia. Y es que esta pintura, especialmente la que presentan las “flechas” pintadas en la carretera para marcar el sentido único de la vía tras pasar Colmenar Viejo (en sentido entrada a Madrid), lejos de ser antideslizante, parece estar hecha de una “pasta” que resbala enormemente al estar mojada.
Una realidad que no se percibe en los coches o camiones, ya que no suelen pisar el centro de las vías, y cuentan con cuatro ruedas que ajustan el posible desvío de esta pintura, pero que sí supone un grave riesgo para los motoristas. Y es que pisar una de estas flechas puede suponer un accidente serio para los que van sobre dos ruedas en la M-607, tal y como explican a este diario.