Una buena acústica juega un papel fundamental en la experiencia que viven los fieles en cada una de las misas al asistir a la iglesia. Estos majestuosos espacios arquitectónicos, con sus altos techos y amplios pasillos, a menudo, presentan problemas cuando se trata de ofrecer calidad del sonido durante la liturgia.
La reverberación excesiva puede dificultar la comprensión de las palabras habladas y distorsionar la música, afectando negativamente la escucha de los presentes y limitando el potencial sonoro de los servicios religiosos.
Este problema se presentaba en la iglesia de Santa Cristina de Madrid, hasta que encontraron los sistemas de sonido para iglesia de Belltron, diseñados para mejorar la inteligibilidad del habla, complementando la acústica natural del espacio.
La inteligibilidad de la palabra en una iglesia reverberante
Las estructuras arquitectónicas de los antiguos lugares de culto, caracterizados por bóvedas muy altas y, por lo tanto, muy reverberantes, han sido edificadas con materiales preciosos y armoniosos, pero poco adecuados para la absorción acústica.
La iglesia de Santa Cristina de Madrid, construida en el siglo XIX a instancias de la entonces reinante María Cristina, refleja uno de estos casos y se ajusta al estilo arquitectónico de la época neomudéjar. Los altísimos techos que caracterizan a esta iglesia han sido el principal problema de inteligibilidad de la voz a lo largo de los años y nunca se ha encontrado una respuesta adecuada a esta criticidad.
Ante lo establecido en el Concilio Vaticano II respecto a garantizar una participación activa de los feligreses durante la liturgia, los representantes de la iglesia de Santa Cristina, al igual que los miembros de otras iglesias de Madrid, encontraron en Belltron una solución efectiva para obtener la inteligibilidad de la palabra.
El principal efecto de la reverberación en una sala es reducir el alcance de un altavoz, por lo que a menudo se tiende a aumentar el número de fuentes de sonido. Sin embargo, esto es contraproducente, ya que las señales emitidas por los distintos altavoces llegan con un retraso mayor o menor, dependiendo de la distancia, lo cual empeora las condiciones de escucha.
Por el contrario, los profesionales de Belltron saben que, para acotar este problema, es necesario utilizar altavoces con una directividad más marcada.
De esta manera, es posible dirigir el sonido solo donde sea necesario, para que pueda ser absorbido casi por completo, evitando la reverberación.
Un caso de éxito Belltron en Madrid: la iglesia de Santa Cristina
Para una reproducción tímbrica clara y límpida, en la Iglesia de Santa Cristina el personal de Belltron decidió instalar cuatro altavoces de la serie CA-65 de 24 altavoces y cuatro de 12 altavoces. Gracias a una amplia apertura lateral y una apertura vertical limitada, el sonido de la voz se dirige únicamente hacia el conjunto, evitando la dispersión vertical y reduciendo así la reverberación no deseada.
Los altavoces CA-65 difunden las ondas sonoras en profundidad y lateralmente, ofreciendo una cobertura acústica de 170°. Así, la dispersión del sonido se produce de forma homogénea en favor de una perfecta reproducción e inteligibilidad del audio.
El diseño de los altavoces Belltron CA-65 es único y muy ligero, su pequeño tamaño y la posibilidad de personalizar el color facilitan su instalación e inserción arquitectónica, sin desvirtuar la estética y el prestigio histórico del entorno.
También se utilizó el modelo de amplificador digital BPA-219, en su versión con ecualizador paramétrico incorporado y antilarsen. Este modelo, al igual que el resto de amplificadores Belltron, se caracteriza por no añadir nada a la señal sonora original, permitiendo que permanezca inalterada y sin ningún tipo de distorsión. De esta forma, las emociones dictadas por un canto o por el tono de voz del orador mantienen el timbre que se ha elegido para los fieles.
En una iglesia, como en una sala de conciertos, los principales “absorbedores” de energía sonora son las personas. En virtud de ello, el tiempo de reverberación depende del volumen y, de forma inversamente proporcional, del número de ocupantes. Esto determina variaciones significativas en el resultado acústico según el grado de aglomeración y el volumen administrado al sistema de audio.
Las iglesias con malas características acústicas y sin la amplificación adecuada solo pueden alcanzar niveles aceptables de inteligibilidad cuando están completamente llenas. En todo caso, el volumen debe ser siempre proporcional a la concurrencia de fieles.
El BPA-219, gracias a los presets que se pueden configurar durante la fase de ecualización, le permite ajustar el sistema de audio para la misa solemne, festiva y de entre semana, en función de los distintos momentos de mayor o menor aglomeración de la iglesia y, por lo tanto, de absorción acústica.
En el caso de la iglesia de Santa Cristina en Madrid, el personal de Belltron supo identificar y abordar todos los problemas de sonido, para después de un análisis ambiental cuidadoso y una ecualización precisa, eliminar totalmente el efecto de reverberación y ofrecer una experiencia acústica e inteligibilidad del habla óptimas.