Pasar por un proceso de ruptura de pareja no es nada fácil, pero es un hecho que viven cientos de personas cada año en España y en el resto del mundo. Según datos del 2023, un 60 % de los matrimonios en este país acaban en divorcio. Por eso, hay que aprender a convivir con este tipo de situaciones, y gestionarlas de la mejor manera posible.
Una solución para ello es el acompañamiento emocional por parte de expertos en relaciones sociales como Andrea López Bruno. Esta profesional trabaja para que el proceso sea mucho más fácil de interiorizar y gestionar, a través de la terapia y el coaching.
La importancia del acompañamiento emocional
Todas las rupturas pueden ser difíciles de superar, no obstante, esta se dificulta mucho más cuando se tienen hijos, ya que se ven sometidos a grandes cambios a nivel emocional y familiar.
Ayudar al entorno que rodea a las personas implicadas en la separación es totalmente necesario para empezar de cero y que todos logren adaptarse a la nueva etapa.
En este sentido, la experta Andrea López Bruno dedica un servicio especializado en lo que se conoce como ”Programa de Separación Amable”, donde, a lo largo de 8 sesiones repartidas en 3 meses, estudian la situación de la pareja y todas sus fases para que esta acepte la ruptura y la afronte como una nueva oportunidad de crecimiento personal. Este programa se puede realizar de manera individual o en paralelo con la expareja.
Los beneficios que aporta realizar este programa son, por ejemplo, la gestión del dolor de forma tranquila y consciente, así como el pacto de acuerdos justos y equitativos, entre otros. Pero sobre todo se remarca el cuidado de la salud emocional de los hijos que, en estos casos, son los que más sufren, ya que no dejan de tener el sentimiento de familia y para ellos significa romper un vínculo muy fuerte.
Las sesiones se reparten en encuentros de 60 o 90 minutos y se ofrece acompañamiento vía WhatsApp durante todo el proceso.
La oportunidad de empezar una nueva etapa
Los profesionales insisten en que hay que aprovechar estas situaciones para renovarse como persona. Es cierto que se deben afrontar momentos de dolor y tristeza, pero todo ello a la larga ayudará a ser más fuerte y a saber gestionar situaciones delicadas.
Según datos científicos, el tiempo de recuperación de una ruptura puede tardar entre 6 meses y 2 años. No obstante, cada caso es único y cada relación es un mundo.
A grandes rasgos, algunos de los mejores consejos a tener en cuenta si se tienen hijos se centran en no descuidar su atención, así como poco a poco reconstruir la relación con la expareja para que los hijos sigan manteniendo ese vínculo de familia.
A nivel personal, hay que centrarse en el nuevo futuro, hacer un trabajo profundo de autonocimiento, reflexionar y sanar heridas para superar esta crisis personal y lograr sacar todo el potencial que uno tiene dentro.
Para más información o cualquier duda, se recomienda visitar la página web de terapia de Andrea López Bruno y contactar directamente con la experta. Ella se encargará de asesorar a los interesados, desde un trato cercano y muy profesional.