Los centros de día en la capital: un refugio climático que anima a los mayores

Los centros de día de la capital no cierran por vacaciones. Este recurso sociosanitario permanece abierto durante el verano como antídoto a la soledad no deseada y como refugio ante las olas de calor para personas mayores que, en muchos casos, no disponen de climatización en sus viviendas.

En medio de las altas temperaturas que caracteriza a la temporada de verano, los Centros de Día de la capital española desafían la tendencia y mantienen sus puertas abiertas. Estos valiosos recursos sociosanitarios se erigen como un antídoto contra la soledad no deseada y un refugio seguro ante las olas de calor, especialmente para las personas mayores que, en muchos casos, carecen de climatización en sus hogares.

La decisión de mantener operativos estos centros durante la época estival se fundamenta en la preocupación por el bienestar de la población más vulnerable: los ancianos. Las altas temperaturas no solo resultan incómodas, sino que también disuaden a las personas mayores de aventurarse al exterior y socializar en sus vecindarios, lo que puede llevar a un peligroso aislamiento. “Son una población propensa a sentirse sola y a experimentar alteraciones en su estado cognitivo. Por ello, es esencial que asistan a los centros de día, donde reciben la estimulación adecuada y mantienen su equilibrio en diversas áreas de desempeño”, argumenta Natalia Sainz, terapeuta en el Centro de Día Municipal Pablo Neruda (CDM Pablo Neruda).

Este patrón de “un calor insoportable afuera y mi familia y vecinos de vacaciones” es uno que se repite con frecuencia, según relata Sainz. Y es precisamente esta situación la que puede inducir a un aumento en el aislamiento durante la temporada estival. Para aquellos que optan por permanecer en la ciudad, los centros de día emergen como una opción ideal para un envejecimiento activo y compañía, ya que en estos espacios se fomenta la interacción social.

VACACIONES EN LOS CENTROS DE DÍA: DEPORTE Y ACTIVIDADES

Uno de estos ejemplos es el Centro de Día Municipal San Luciano (CDM San Luciano), también bajo la gestión de Clece. Aquí, entre un 90% y un 95% de los usuarios eligen pasar sus vacaciones. “Mientras que en casa se aburren, aquí tienen más ganas de hacer cosas gracias a nuestras actividades de estimulación”, enfatiza Beatriz Gil, directora de este centro. Las actividades diseñadas específicamente para este periodo, que abarcan desde talleres creativos hasta actividades físicas moderadas, no solo entretienen a los participantes, sino que también contribuyen a mantener su mente activa y su salud en óptimas condiciones.

Sin embargo, esta medida no está exenta de desafíos. Mantener los centros de día abiertos durante el verano implica un aumento en la demanda de personal y recursos, ya que se deben garantizar instalaciones climatizadas y adecuadas para enfrentar las altas temperaturas. Además, la adaptación de las actividades para que sean seguras y cómodas en el calor es un aspecto crucial.

No obstante, los beneficios superan ampliamente las dificultades. Los centros de día brindan a los ancianos un lugar donde pueden socializar, compartir experiencias y escapar del aislamiento que a menudo experimentan en sus hogares durante el verano. Además, la estimulación cognitiva y las actividades físicas les permiten mantenerse activos y saludables, lo que contribuye a prevenir el deterioro cognitivo y físico que a menudo acompaña al envejecimiento.

ADIÓS A LA TECNOLOGÍA

En un mundo donde la tecnología y las comunicaciones digitales pueden aumentar el aislamiento, los centros de día emergen como un oasis de interacción humana real. “Aquí pueden hablar con personas de su edad y participar en actividades que les interesen. Es un cambio muy positivo en su rutina”, agrega Beatriz Gil.

En resumen, la decisión de mantener abiertos los Centros de Día de la capital durante el verano demuestra un compromiso genuino con el bienestar de las personas mayores. Al proporcionar un espacio donde pueden socializar, recibir estimulación y protegerse del calor abrasador, estos centros se convierten en un faro de esperanza y compañía en medio de la temporada estival.