La Federación de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (FAPA) Francisco Giner de los Ríos, ante la creciente preocupación por los episodios violentos en centros educativos, ha resaltado la prioridad de educar a niños y jóvenes en la resolución pacífica de conflictos. La presidenta de la FAPA, María Carmen Morillas, ha subrayado la necesidad de proporcionar herramientas a los menores desde edades tempranas para gestionar de manera adecuada los diversos escenarios que puedan presentarse en su día a día.
La preocupación de la FAPA surge en el contexto de recientes eventos alarmantes, como el apuñalamiento en un instituto de Jerez de la Frontera y la brutal agresión a una niña en Madrid. Morillas enfatiza que, aunque el conflicto es parte del aprendizaje de la vida, es imperativo enseñar a los jóvenes a abordarlos de manera pacífica. Ante estas circunstancias, la FAPA hace un llamado urgente a «formar en coeducación» y promover el conocimiento de los derechos humanos entre los menores.
«Consideramos importante resaltar la necesidad de dirigirse a la ciudadanía para crear una conciencia pública», recalca Morillas. La FAPA aboga por un aprendizaje global en diferentes entornos en los que los menores conviven, estableciendo así la importancia de la educación como un pilar fundamental para la convivencia pacífica.
DESAFÍOS ACTUALES Y LLAMADA A LA PREVENCIÓN DE LA FAPA
En el último informe de la Fiscalía de Madrid, se alertó de un «alarmante» repunte de agresiones sexuales y asesinatos cometidos por menores en 2022, con un aumento del 82,56% y 47,83%, respectivamente, en la Comunidad de Madrid. Ante este escenario, la FAPA Francisco Giner de los Ríos insta a la sociedad a comprender y practicar los valores recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
MARÍA CARMEN MORILLAS: «Es crucial trabajar de manera proactiva para anticipar y prevenir situaciones de conflicto»
En declaraciones para el Diario Qué! Madrid, María Carmen Morillas destaca la importancia de la prevención, detección e intervención en los centros educativos como vías fundamentales. Opina que la actualización de los protocolos debe orientarse hacia un trabajo proactivo, evitando centrarse únicamente en enfoques punitivos. «Es crucial trabajar de manera proactiva para anticipar y prevenir situaciones de conflicto», enfatiza Morillas.
«Consideramos importante resaltar la necesidad de dirigirse a la ciudadanía para crear una conciencia pública», recalca Morillas. La FAPA aboga por un aprendizaje global en diferentes entornos en los que los menores conviven, estableciendo así la importancia de la educación como un pilar fundamental para la convivencia pacífica.
VIOLENCIA EN LAS AULAS COMO UN PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA
Estas situaciones de violencia en las aulas no solo representan un desafío educativo, sino también un serio problema de salud pública, según la FAPA. Morillas destaca que la violencia en las escuelas a menudo es un antecedente en problemas de salud mental severos en jóvenes y adultos. Por tanto, la federación considera prioritario reforzar e invertir de manera urgente en el sistema de salud pública.
En un caso reciente en Jerez de la Frontera, un estudiante de 14 años apuñaló a tres profesores y dos alumnos en su instituto. La FAPA ve este incidente como una señal de alerta y espera que sirva para impulsar cambios significativos en la forma en que se aborda la enseñanza de la resolución pacífica de conflictos en los centros educativos.
La FAPA Francisco Giner de los Ríos se compromete a abogar por un cambio significativo en la manera en que se manejan los conflictos en las instituciones educativas. Insisten en que la prevención y la educación son clave para construir un entorno escolar seguro y saludable para los niños y jóvenes.
Con esta perspectiva amplia y detallada, la FAPA Francisco Giner de los Ríos busca generar conciencia sobre la importancia de abordar la violencia en las aulas desde múltiples frentes, destacando la necesidad de una educación integral que promueva la convivencia pacífica y la prevención de conflictos.
