Una combinación ganadora para los pacientes con lesiones o con artrosis; artroscopia con medicina regenerativa

La artroscopia es una técnica quirúrgica mínimamente invasiva que permite visualizar el interior de las articulaciones para hacer un diagnóstico y tratamiento sin necesidad de cirugía abierta, reduciendo el riesgo de complicaciones y permitiendo una recuperación más rápida.

A través de pequeñas incisiones se introducen cámaras de vídeo, bisturís y aparatos de última tecnología para reparar o sustituir las partes lesionadas.

Según el Dr. Luis Gallego, traumatólogo director de la clínica RegenerActiva, “la medicina regenerativa permite restaurar la vitalidad del tejido músculo-esquelético, potenciando la capacidad de curación natural del cuerpo. Para ello, se emplean técnicas que estimulan la capacidad natural de curación del cuerpo, como las células madre mesenquimales, las citoquinas o los factores de crecimiento”.

Estos pueden ser aplicados mediante infiltraciones en las partes del cuerpo que se necesitan, idealmente guiados por ecografía o rayos x, o mediante artroscopia con células madre mesenquimales o moléculas que las estimulan, como las citoquinas o los factores de crecimiento.

La traumatología regenerativa cuenta con técnicas que consiguen mejorar la calidad de vida de los pacientes, evitando o retrasando el uso de prótesis u otras soluciones más agresivas.

Las células madre mesenquimales son células que se encuentran en diferentes partes del cuerpo y que tienen la capacidad de reproducirse y diferenciarse en células de diferentes tejidos como el hueso, el cartílago o el tendón. Estas células se activan cuando hay una lesión y participan en el proceso de reparación.

Los factores de crecimiento y las citoquinas son proteínas que se encuentran en el plasma sanguíneo y que tienen efectos biológicos como la proliferación y la diferenciación celular, la generación de vasos sanguíneos y la migración de las células a los lugares donde es necesario que se produzca la regeneración.

Los tratamientos con artroscopia y la medicina regenerativa funcionan de forma conjunta:

Mediante la artroscopia o la cirugía mínimamente invasiva se puede limpiar y dejar la lesión preparada con técnicas que potencian la señal de ayuda y que estimulan la llegada de células madre mesenquimales, y se usan implantes para la estabilización mecánica de la lesión o que sirvan como “andamios” sobre los que se depositan las células, formando tejidos nuevos.

Además, con la infiltración de factores de crecimiento se activan y potencian estas células.

Beneficios de la artroscopia:

Permite visualizar y tratar las lesiones dentro de una articulación con mayor precisión y provocando un menor daño al tejido sano que el que haría la cirugía abierta tradicional.

Reduce el riesgo de infección, el sangrado, el dolor postoperatorio, el tiempo de hospitalización y recuperación.

Mejora los resultados estéticos y funcionales.

Mejora los resultados respecto a las infiltraciones, al combinarse con técnicas regenerativas, como las células mesenquimales o los factores de crecimiento, con el fin de potenciar la capacidad de curación natural del cuerpo y favorecer la regeneración del cartílago, el hueso, el tendón o el músculo y la reparación de tejidos mediante la cirugía mínimamente invasiva.

Es aplicable en diversas patologías articulares como lesiones de meniscos, ligamentos cruzados rotos, condromalacia, artrosis o lesiones tendinosas de hombro.

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