Madrid y Cataluña, dos de las regiones más prósperas de España, han sido el epicentro de una investigación que arroja luz sobre una problemática social que ha aquejado al país durante mucho tiempo: la pobreza infantil.
Un informe reciente, coordinado por el Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil y respaldado por la Fundación ‘la Caixa’, en colaboración con la Universidad de Alcalá en Madrid y la Universidad Pompeu Fabra en Barcelona, ha revelado cifras impactantes sobre el costo económico de la pobreza infantil en España.
Esta investigación pionera se ha convertido en una herramienta crucial para comprender la magnitud del problema y la necesidad de abordarlo de manera efectiva.
EL COSTO ANUAL DE LA POBREZA INFANTIL EN ESPAÑA
Los datos que presenta este informe son alarmantes: la pobreza infantil en España tiene un costo anual de 63.079 millones de euros, lo que equivale a unos 1.300 euros por persona afectada. Este impacto económico representa el 5,1% del Producto Interno Bruto (PIB) español de 2019.
Las personas que experimentaron pobreza en sus primeros años de vida ganan, en promedio, 5.130 euros brutos menos al año debido a la falta de consolidación de niveles de educación
Esta cifra demuestra que la pobreza infantil no solo es una cuestión de justicia social, sino también una preocupación que afecta al conjunto de la sociedad. Los recursos destinados para combatir la pobreza infantil, si se aplican de manera eficiente desde edades tempranas, pueden generar un alto retorno económico y social.
En la presentación del informe en el auditorio de CaixaForum en Madrid, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hizo hincapié en la terrible injusticia que supone que el destino de un niño esté predeterminado por el lugar en el que nace. Este llamado a la acción resalta la necesidad de abordar la pobreza infantil de manera efectiva en España.
LA MAGNITUD DE LA POBREZA INFANTIL EN ESPAÑA
Antes de la pandemia, más de dos millones de niños vivían por debajo del umbral de la pobreza en España, lo que representaba el 27,3% de todos los menores en el país. Esto coloca a España en un triste ranking europeo, superando solo a Rumania y Bulgaria en términos de pobreza infantil. Además, este estudio revela que casi uno de cada cuatro niños vive en una situación de pobreza crónica, un problema que ha aumentado en más del 70% entre 2006 y 2016.
Las autoras del informe, Olga Cantó, catedrática de Fundamentos del Análisis Económico en la Universidad de Alcalá, y Libertad González, profesora de la Universidad Pompeu Fabra, destacan que la pobreza infantil en España se ha vuelto más crónica en comparación con las cifras de principios de siglo.
Para llegar a estas conclusiones, el estudio combinó diversas bases de datos desde 1994 hasta 2019 para relacionar la situación económica de adultos de entre 26 y 40 años en 2019 con la situación económica de los hogares en los que vivían cuando eran adolescentes. Esto permitió la creación de indicadores estándar relacionados con la incidencia de la pobreza en términos monetarios, como vivir en un hogar con ingresos por debajo del 60% de la renta mediana del país.
Ahora, después de la pandemia y con los datos de pobreza infantil aumentando en la Comunidad de Madrid, aun así, esta región y Cataluña continúan por debajo de la media nacional, a pesar de que se estén encaminando por la cantidad de habitantes y turistas, a superar al resto de comunidades.
IMPACTO DE LA POBREZA INFANTIL EN LA SITUACIÓN LABORAL
El estudio también evaluó el impacto de la pobreza infantil en la situación laboral de los adultos. Las personas que experimentaron pobreza en sus primeros años de vida ganan, en promedio, 5.130 euros brutos menos al año debido a la falta de consolidación de niveles de educación, lo que resulta en menores ingresos laborales en el futuro.
Además, estas personas tienen un 28% menos de probabilidades de alcanzar un nivel de estudios superior y un 12% menos de probabilidades de tener contratos de trabajo indefinidos, lo que se traduce en un 14% más de probabilidades de tener contratos temporales.
Esta reducción de ingresos potenciales tiene un efecto negativo en la recaudación de impuestos sobre la renta (IRPF) y las cotizaciones sociales. El Estado recauda casi 3.000 euros menos por persona en impuestos y cotizaciones relacionadas con el trabajo debido a la pobreza infantil.
Antes de la crisis económica de 2008, casi la mitad de los niños que vivían en situación de pobreza se encontraban en el sur de España. Sin embargo, la distribución geográfica ha cambiado considerablemente, y en la actualidad, uno de cada tres niños vive en regiones más prósperas, como Cataluña y la Comunidad de Madrid.
CEUTA, MELILLA Y CANARIAS: MAYOR POBREZA INFANTIL
El informe también destaca factores que aumentan la vulnerabilidad de los niños a la pobreza. Vivir en zonas rurales, en comunidades del sur de la península, pertenecer a una familia monoparental o tener al menos un progenitor de nacionalidad extranjera son factores que disparan la vulnerabilidad.
Las regiones transfronterizas y las del sur de España, como Canarias, Ceuta, Melilla, Andalucía, Extremadura y Murcia, presentan tasas de pobreza infantil superiores a la media nacional, que pueden llegar hasta el 49%. Por otro lado, las comunidades del Mediterráneo septentrional y del norte del país, como la Comunidad Valenciana, Baleares, Cataluña, Navarra, País Vasco, Cantabria, La Rioja, Aragón y Galicia, junto con Madrid, tienen cifras más favorables, por debajo de la media nacional.
El estudio sobre la pobreza infantil en España en 2023, con un enfoque en las regiones de Madrid y Cataluña, proporciona una visión profunda de un problema que afecta a la sociedad en su conjunto. La magnitud de la pobreza infantil, su impacto en la salud, la educación y la situación laboral de los niños y su costo económico, hacen que sea una cuestión urgente que requiere una acción coordinada a nivel nacional y regional.