Colectivos vecinales y ecologistas han levantado la voz de alerta hoy sobre las presuntas irregularidades que rodean el nuevo proyecto de ampliación de la línea 11 de Metro en Madrid. Según denuncian, este plan modificado, que ha generado preocupación entre la comunidad, incrementa significativamente la cantidad de árboles que serán talados en comparación con el proyecto original presentado en 2020.
Los vecinos continúan quejándose por la tala de árboles con motivo de la ampliación de la línea 11 de Metro. En el nuevo plan, el cual ha sido aprobado recientemente, se ha detectado un aumento sustancial en el impacto ambiental y en la cantidad de árboles afectados, según comunican los vecinos.
Mientras que el proyecto inicial de 2020 preveía la tala de casi 10.000 metros cuadrados de áreas verdes, el plan actual contempla la devastación de más de 48.000 metros cuadrados, según las mediciones realizadas por los denunciantes. Además, el número de árboles que serán talados ha experimentado un impresionante aumento del 856 por ciento, pasando de 79 en la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) original de 2020 a 676 en el proyecto actual.
Este incremento en la tala se atribuye a decisiones controvertidas, como la ubicación de la estación de Madrid Río en pleno Parque de Arganzuela, la instalación de las tuneladoras en el parque de Comillas, y la proyección de una subestación eléctrica en los Jardines de Palestina.
ALERTA PARA LA FRAVM POR LA AMPLIACIÓN DE LA LÍNEA 11 DE METRO Y LA TALA
La Federación Regional de Vecinos de Madrid (FRAVM) ha expresado su preocupación y descontento frente a estas modificaciones, anunciando nuevas concentraciones en protesta.
El proyecto ha generado críticas desde diversos sectores de la sociedad, incluyendo colectivos vecinales y ecologistas, que consideran que la ampliación de la línea 11 de Metro está llevándose a cabo sin tener en cuenta el impacto ambiental y la oposición de la comunidad local.
La emisión reciente de la Declaración de Impacto Ambiental Simplificada (DIAS) no ha apaciguado las preocupaciones de los ciudadanos. Por el contrario, las entidades vecinales destacan que la vecindad ha detectado “las mismas irregularidades” que ya se habían señalado en las alegaciones presentadas anteriormente. Se destaca que el proyecto ambiental se ha tramitado como una modificación del proyecto constructivo anterior, sin haber seguido los cauces adecuados y en medio de un procedimiento judicial abierto relacionado con la estación de Madrid Río en el parque.
EL MOVIMIENTO ‘NO A LA TALA’
El movimiento No a la Tala ha calificado el procedimiento como “opaco y de dudosa legalidad”. Hacen referencia a situaciones similares en proyectos anteriores, como el desdoblamiento de la M501 o el campo de golf de Chamberí, que fueron anulados por la justicia debido a prácticas similares. Los denunciantes insisten en que, como mínimo, se debería aprobar el Plan Especial antes de iniciar las obras, y han solicitado la mediación del Banco Europeo de Inversiones, que actualmente está investigando el caso.
Ante la situación, los colectivos vecinales afectados solicitan la transparencia en el proceso y hacen un llamado para que no se inicie la obra hasta que todos los informes y documentos estén finalizados. Además, subrayan que existen alternativas viables que son menos lesivas para el entorno, y se comprometen a seguir denunciando el caso ante instancias europeas y a adoptar todas las medidas legales a su alcance.
En este contexto de creciente tensión entre la administración y los ciudadanos preocupados por el medio ambiente, el futuro de la ampliación de la línea 11 de Metro se encuentra en una encrucijada, donde la sostenibilidad y la preservación del entorno compiten con la necesidad de mejorar la infraestructura del transporte público en la ciudad.