En medio de la creciente polémica por la tala masiva de árboles para la ampliación de la línea 11 de Metro de Madrid, el alcalde José Luis Martínez-Almeida ha defendido su postura afirmando que su administración no será recordada como la que más árboles ha talado en la historia de la ciudad.
El mandatario hizo estas declaraciones a través de Twitter, ahora denominada ‘X’, donde manifestó su deseo de «recuperar el Madrid limpio y verde» y aseguró que no permitirá que haya «un solo alcorque sin su árbol».
La tala de más de 500 árboles ya ha comenzado, a pesar de que el proyecto está actualmente en litigio en los tribunales. Esta acción ha generado fuertes protestas por parte de los ciudadanos, especialmente de aquellos afectados directamente por la eliminación de la arboleda, que se manifestaron en el exterior de la valla de Madrid Río y en el parque de Comillas.
PRIMERAS TALAS DE ÁRBOLES Y DETENCIONES EN MADRID RÍO
Motosierras en mano, los operarios iniciaron las talas alrededor de las diez de la mañana en la zona de Madrid Río, en Arganzuela, y en el barrio de Comillas, en el distrito de Carabanchel. Las moreras cercanas al antiguo barco pirata en Madrid Río fueron las primeras en caer. Ante la acción, aproximadamente 100 vecinos se concentraron en el lugar con pancartas que expresaban su rechazo a la tala. Algunos activistas del colectivo Rebelión se abrazaron a los árboles, utilizando artilugios metálicos para dificultar su desalojo.
La intervención de la Policía Nacional y los Bomberos de Madrid resultó en la detención de tres activistas por desacato a la autoridad. En respuesta a las protestas, Almeida criticó a los manifestantes, sugiriendo que deberían dirigir su activismo hacia otras áreas, como la estación de Atocha, donde también se llevarán a cabo talas como parte de las obras del Gobierno.
COMILLAS: UN PARQUE CERRADO Y GIGANTESCO SOLAR
En el barrio de Comillas, los vecinos no pudieron acceder al parque, que fue cercado con una valla roja y blanca. Allí, comenzaron las talas de pinos para dar paso a un gigantesco solar donde se instalará la maquinaria necesaria para la construcción del nuevo tramo de la línea 11. Los residentes de la zona se enfrentarán a las molestias de las obras durante al menos cuatro años, según la estimación de la Comunidad de Madrid. Cabe destacar que esta área alberga el Colegio Perú, con 500 niños, algunos de ellos con necesidades especiales, y se ha convocado una concentración de repulsa frente al colegio.
Las obras, objeto de protestas ciudadanas y críticas de ecologistas desde febrero, abarcarán casi siete kilómetros entre Plaza Elíptica y Conde de Casal, con la apertura de dos nuevas estaciones en Comillas y Madrid Río. Esta expansión facilitará la conexión con el resto de la red de metro, Cercanías y trenes de media y larga distancia en diversas estaciones de la ciudad.
A pesar de la demanda interpuesta por vecinos y ecologistas contra la tala, aún no ha recibido respuesta. Los denunciantes argumentan que la Comunidad de Madrid no ha esperado a la resolución de la demanda y está llevando a cabo las talas sin cumplir las condiciones establecidas en el Informe de Impacto Ambiental aprobado en noviembre.
ALTERNATIVAS Y CRÍTICAS DE LA OPOSICIÓN
Reyes Maroto, líder del PSOE en la capital, y Rita Maestre, su homóloga de Más Madrid, se unieron a las protestas, calificando la tala como «ilegal» y «chapucera». Los vecinos, además, han buscado la intervención del Banco Europeo de Inversiones (BEI), que financia parte de la obra, para mediar en un posible acuerdo entre la Comunidad de Madrid y los afectados.
Aunque la Comunidad aún no ha comunicado cuándo se llevarán a cabo las talas en otras estaciones como Palos de la Frontera, Atocha y Conde de Casal, anunciaron la instalación de la subestación eléctrica fuera de los Jardines de Palestina, atendiendo a las alegaciones de los vecinos. Esta decisión, según la Consejería de Transportes, reducirá el número de talas a 523, gracias en parte a un aumento en los trasplantes. Sin embargo, la falta de claridad sobre la cantidad exacta de árboles que se trasplantarán deja abierta la incertidumbre sobre el impacto real en la masa arbórea de la ciudad.
Los vecinos, después de las últimas movilizaciones, esperan la resolución de la demanda interpuesta y continúan dialogando con el BEI para encontrar una solución. Mientras tanto, el Parlamento Europeo ha iniciado una investigación sobre el plan de talas y trasplantes, aunque su decisión no será vinculante. La polémica sigue creciendo en Madrid, donde la ciudadanía se moviliza en defensa de su patrimonio natural y exige respuestas claras de las autoridades locales y regionales.