Agentes de la PolicĆa Nacional han desarticulado una organizaciĆ³n criminal presuntamente dedicada a la importaciĆ³n, crĆa y venta ilegal de cachorros de razas de moda, como los border collie.
Se han rescatado mĆ”s de un centenar de animales y durante los registros se han localizado restos Ć³seos de animales muertos enterrados y medicaciĆ³n ya utilizada para la prĆ”ctica de la eutanasia de perros y gatos.
Han sido detenidas ocho personas en las provincias de Madrid y Girona como presuntos responsables de los delitos de maltrato animal continuado, estafa, intrusismo profesional, falsificaciĆ³n documental y pertenencia a organizaciĆ³n criminal.
En las cuatro entradas y registros llevadas a cabo se han intervenido pasaportes y cartillas veterinarias, talonarios de recetas, sellos veterinarios y medicamentos entre otros efectos, y se han bloqueado cuentas bancarias y depĆ³sitos de la organizaciĆ³n en cuatro entidades financieras.
La investigaciĆ³n se iniciĆ³, por parte del grupo especializado en la lucha contra delitos contra el medio ambiente de la PolicĆa Nacional, tras recibir informaciĆ³n relativa a la existencia de una organizaciĆ³n dedicada a la importaciĆ³n de cachorros de perros desde paĆses de Europa del Este y que, una vez en EspaƱa, eran vendidos con documentaciĆ³n falsificada.
Durante las labores de investigaciĆ³n se logrĆ³ ubicar e identificar a los presuntos responsables de la organizaciĆ³n, que conformaban una estructura piramidal con dos lĆderes principales, lo que permitiĆ³ realizar una estrecha vigilancia y seguimiento, asĆ como poner los hechos en conocimiento de la fiscalĆa especializada de medio ambiente y dando lugar a la apertura de Diligencias Previas por el correspondiente Juzgado de InstrucciĆ³n competente de los de Navalcarnero.
HASTA 15 HORAS DE VIAJE HACINADOS
Los investigadores pudieron averiguar que la organizaciĆ³n adquirirĆa los animales bien, adquiriĆ©ndolos en āgranjasā de Eslovaquia y/o HungrĆa o por otro comprĆ”ndolos a criadores nacionales. Los animales que adquirĆan fuera de EspaƱa venĆan hacinados en transportes por carretera, para lo que realizaban trayectos superiores a las 15 horas.
AdemĆ”s, las cartillas correspondientes a cada animal contenĆan alteraciones, tenĆan una edad inferior a la permitida y sufrĆan multitud de afecciones o enfermedades que la organizaciĆ³n conocĆa, siendo almacenados hasta que eran vendidos y en muchas ocasiones no informaban al cliente sobre el origen o estado de los animales.
En cuanto a los animales de proveedores nacionales ubicados por toda la geografĆa espaƱola, tras contactar con el criador y llegar a un acuerdo, establecĆan la forma de tener fĆsicamente los mismos. Una vez establecida una relaciĆ³n de confianza con el criador, era el momento de pedir al mismo que adelantase la fecha de nacimiento del animal en la cartilla o incluso pedir que le diese dicho documento sin rellenar. Una vez que la organizaciĆ³n adquirĆa los animales, los hacĆan llegar a los diferentes establecimientos de crĆa y comercio ubicados en Madrid y CataluƱa.
Durante la estancia de los animales en los establecimientos, eran sometidos a diferentes tratamientos y vacunas, rellenando las cartillas sanitarias previamente adquiridas, valiĆ©ndose para ello de una veterinaria de su confianza, cuyo sello utilizarĆan para otros trĆ”mites como sellar las vacunas, certificados de salud de los animales o incluso para adquirir los medicamentos para los que fuere necesaria prescripciĆ³n veterinaria, dando asĆ un aspecto legal a multitud de documentos.
A LA VENTA, SANOS O ENFERMOS, A TRAVĆS DE WEBS
A la venta se destinaban todos los animales disponibles, estuvieran sanos, enfermos o incubando enfermedades infectocontagiosas, lo que incluso provocaba en ocasiones que al poco tiempo de la venta el animal muriese.
El primer contacto para la venta lo realizaban a travĆ©s de anuncios en plataformas de comercio electrĆ³nico o a travĆ©s de una web creada por la organizaciĆ³n. Posteriormente, el traslado de los animales se realizaba sin contar con autorizaciĆ³n, en vehĆculos no habilitados y durante largos trayectos, teniendo que estar los animales en el vehĆculo durante mĆ”s de ocho horas, en un espacio reducido, sin salir e incluso sin comida o bebida.
AdemĆ”s, los animales que vendĆan, en diversas ocasiones, lo hacĆan entregando una cartilla preparada por los integrantes de la organizaciĆ³n, igual que el certificado de salud y presuntamente falseando tanto la edad del animal, como su estado de salud o incluso la raza real.