Parece que el choque de los miembros de Sumar con el Gobierno popular de la Comunidad de Madrid sigue siendo un obstáculo para llegar a cualquier otro acuerdo posible. De hecho recientemente la posible compra de la casa del poeta Vicente Aleixandre en Madrid, que recientemente salió a subasta con una tasación de 4,5 millones de euros, ha vuelto a levantar las tensiones, incluso cuando el ministerio de Cultura accedió revisar la propuesta de la Comunidad para comprarla, ha decidido señalar la decisión de la misma sobre la tala necesaria para la ampliación de la línea 11 del metro.
Sin embargo, desde Cultura, el ministerio que preside Ernest Urtasun afean la actitud de las instituciones madrileñas y resaltan que les parece «curioso» que «quienes ni contestan a las cartas pidiendo reuniones sobre la tala de árboles», digan que el departamento dirigido por Ernest Urtasun no se quiere reunir.
Según consta en un edicto al que ha tenido acceso Europa Press, la subasta establece un plazo de 20 días para la recepción de ofertas. En ese mismo documento se remarca que no se admitirán posturas inferiores a 3,1 millones de euros, importe equivalente al 70% de ese precio de tasación.
En el año 2022, el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid declaró la casa como Bien de Interés Patrimonial (BIP), una figura que garantiza la conservación de su valor simbólico. No es la primera vez que el domicilio del poeta sale a subasta, ya que en 2007 se establecieron negociaciones con la por entonces ministra de Cultura Carmen Calvo, quien finalmente descartó la compra de la casa ante unas cifras exigidas por los herederos de Aleixandre «desorbitadas, impagables e injustificadas» para los recursos públicos.
En ese año, tanto el Ministerio de Cultura como la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento se retiraron de las negociaciones al considerar que los 6,5 millones de euros solicitados por los familiares era una cifra excesiva.
URTASUN ASEGURA QUE LA TALA DE ÁRBOLES VA EN CONTRA DE LAS MEDIDAS DE PROTECCIÓN DE LA UNESCO
En el caso de la tala de árboles, el pasado mes de enero, Urtasun envió una carta a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y al alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, en la que pedía la paralización de la tala de árboles del Paisaje de la Luz, a causa de las obras de ampliación de la línea 11 de metro, porque, según el Ministerio, «puede acarrear la eliminación del bien de la Lista de Patrimonio Mundial», declarado por la UNESCO.
Por su parte, Ayuso, en declaraciones a periodistas el pasado 11 de enero, criticó la «politización absoluta y obscena de la verdad» que el Gobierno central estaba haciendo respecto a la tala de árboles y señaló que se quería crear una «polémica absurda».
Pero no debería ser una sorpresa. La Comunidad de Madrid desde un principio ha defendido la necesidad de talar los árboles de la zona donde pasará la nueva línea del metro, y aunque consiguieron reducir el total que se recortará a la mitad sigue siendo una parte inevitable del proyecto, por lo que no debería ser una sorpresa que Ayuso repita la reacción que han tenido desde un principio del proyecto.
A esto se le suma la complicada relación con los vecinos de estas zonas, que muchos de ellos han mostrado su molestia por la transformación de estos espacios, y por la pérdida de los árboles. Pero la realidad es que la mala relación entre el Gobierno y la Comunidad parece complicar incluso más la situación, con decisiones como la de Óscar Puente, de evitar la tala de árboles en los alrededores de Atocha, siendo celebradas más por servir como contra argumento que por el logro en sí mismo.
URTASUN Y SU PLURIEMPLEO COMPLICAN LOS ACUERDOS
Parte del problema es que al ser el portavoz Sumar el Ministro de Cultura no puede cumplir de forma especialmente cómoda los acuerdos con otros partidos. Después de todo es complicado siendo una de las caras más visibles de la izquierda del PSOE darle la mano a Diaz Ayuso, o al menos hacerlo sin recordar los desacuerdos permanentes entre su partido y la comunidad.
Es una complicación que viene de la mano de sus dos trabajos. Dado que no ha habido ningún ademán de cambios, es de esperarse que cada vez que llegue a un acuerdo con el PP ocurra lo mismo, esto es también un problema para un ministro que debe asumir como parte de su trabajo darse la mano con comunidades como Andalucía y Madrid, y hacerlo sin recordar las diferencias entre ambas partes, aun cuando son evidentes.