Como de costumbre, los primeros meses del año son el momento en el que las Noches del Botánico, el festival que ocupa por dos meses el jardín botánico de la Universidad Complutense de Madrid, anuncian los artistas que tomarán una tarima que ya es parte del panorama veraniego de la capital que en los últimos años ha contado con nombres como Bob Dylan, Andrés Calamaro, Fito Páez o Juanes.
Este año el festival vuelve a apostar por un cartel de artistas distinto a sus competidores madrileños como el Mad Cool o DCode. Esta diferencia viene también de su estructura, que les permite hacer apuestas por artistas presentes este año como los venezolanos de Rawayana y Los Amigos Invisibles, o de que figuras tan disímiles como la boyband Take That, la estrella latina Danna Paola, el puertorriqueño Giberto Santa Rosa y los míticos miembros de The Cult.
En cualquier caso se trata de un cartel llamativo. Nombres tan variopintos como Queens Of The Stone Age, el grupo de indie local Lori Meyers, historicos como Estrella Morente, o predecesores de Nirvana como los Pixies. Es un lineup especialmente interesante en un panorama donde los festivales españoles están recibiendo críticas por lo parecidos que se han vuelto los anuncios de todos ellos.
Queda por saber, como siempre, los precios de las entradas que saldrán a la venta el próximo 20 de febrero. Aunque muchas veces para los fanáticos es una oportunidad de ver algunos de sus artistas favoritos en un espacio más pequeño e íntimo al de los grandes festivales, donde muchas veces están, sólo se les puede ver a la distancia de unas 5.000 personas por delante.
8 EDICIONES EN LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE
Esta octava edición marca el trabajo continuado entre Noches del Botánico y la Universidad Complutense de Madrid para generar una experiencia inolvidable en el espectador, haciéndoles partícipes del enclave que les rodea y priorizando los valores medioambientales, con el máximo cuidado posible.
Es un punto clave para el festival, con el que esperan marcar diferencia de grandes eventos como el Mad Cool, el Dcode, o el Jardín de las Delicias, estos dos últimos festivales que usan también espacios de la universidad. Es uno de los puntos que defiende el evento como uno de sus logros más importantes, y que desde un principio les ha servido para diferenciarse de algunos de sus competidores más complicados.
NOCHES DEL BOTÁNICO APUESTA POR UN MODELO DE NEGOCIO DISTINTO A LOS FESTIVALES
El año pasado, en conversación con Merca2, el director económico de las Noches del Botánico, Ramón Martín, recordaba que para este evento, que año a año convoca más asistentes y artistas de mayor nivel, funciona muy distinto a otros festivales de este tamaño en el país.
Pero la realidad es que el formato permite atraer a los asistentes a estas opciones. El espacio de jardín botánico, descrito por ellos mismos como un «oasis» en la ciudad, invita a llegar temprano, tomar o comer algo y pasar el rato antes del concierto. Eso si cuidan mucho evitar las filas infinitas que en ocasiones se materializan mágicamente en festivales como el Mad Cool o el Primavera Sound. «Aquí no estamos en un festival donde la gente viene solo a ver al artista», sentenciaba el codirector.
Lo llamativo es presumir de estos nombres con precios mucho menores de los que tienen cuando pasan por otros escenarios. «No queremos ser un festival exclusivo», comenta Martín explicando esta medida, aunque esto obliga a buscar otras estrategias para ser rentables «Realmente dependemos de los servicios, la restauración y de los patrocinadores, con nuestros precios difícilmente podríamos vivir solo de la venta de entradas. Hay artistas que tenemos que su caché es más caro de lo que podemos vender sin poner un precio disparatado», aseguraba entonces con calma.