No hay que ser un entendido en la materia para disfrutar de uno de los rincones más preciosos de Madrid. El Museo Geominero ofrece a sus visitantes una muestra interesantísima en un entorno totalmente maravilloso.
Vamos a recorrer la historia de este interesante museo y a conocer todas las curiosidades de este lugar único en la capital.
Un museo único en Madrid
Madrid tiene la suerte de disfrutar de este museo porque entre sus universidades se encuentran la Escuela Técnica Superior de Minas, siendo una de los centros educativos más prestigiosos en su sector.
El museo Geominero, sin embargo, es anterior a esta universidad. Su ubicación original se encontraba en el antiguo palacio del Dique de San Pedro, en las inmediaciones de la Carrera de San Jerónimo. Allí estaba la Dirección general de Minas.
Tras esto, fue rotando por distintos sitios hasta que en el año 1927 encontrarían su hogar definitivo. Sería el rey Alfonso XIII el que inauguraría este lugar durante los actos del XIV Congreso Geológico Internacional.
Sin embargo, aquel 24 de mayo de 1927 solo se inauguró una gran sala vacía, sin ninguna colección. Esto fue porque se utilizó este precioso enclave como salón de actos. Poco después recibiría sus preciados tesoros.
Una colección repleta de joyas
El Museo Geominero guarda en su interior auténticos tesoros. En la actualidad alberga colecciones de minerales, rocas y fósiles procedentes de toda la Península Ibérica. También tiene muestras traídas de las antiguas colonias.
El objetivo de este centro es fomentar el estudio de la geología, así como la difusión del tremendo patrimonio mineralógico y paleontológico que poseemos en España.
Las colecciones están separadas temáticamente. Por una parte, tenemos una zona dedicada a los minerales y rocas. Por otra, existe una sección en la que podemos observar fósiles de animales vertebrados perfectamente conservados.
Además de todo ello, en la sala central podemos disfrutar de una reproducción y parte del yacimiento plioceno de Las Higueruelas. Este se encuentra en Ciudad Real. Allí tenemos varias vitrinas con fósiles e instrumentos de excavación.
La cúpula más impresionante de Madrid
Lo mejor de este Museo Geominero es que, además de disfrutar de su colección, podrás contemplar un entorno totalmente increíble. El edificio donde se encuentra está entre los más bonitos de todo Madrid.
Para entrar en él se accede por una escalera monumental realizada en mármol. Sobre ella, una gran vidriera que guarda un secreto. En ella se puede ver un escudo republicano que se salvó de las manos de Franco.
La monumental sala central del Museo Geominero queda con la boca abierta a cualquiera. Con 19 metros de altura, posee tres balconadas que sirve para mostrar toda la exposición dentro de un mismo espacio.
Para acceder a las diferentes alturas hay que subir por unas curiosas escaleras de caracol. Las vitrinas que guardan la colección son de madera y se mantienen como originariamente se instalaron.
La sala posee también unos sofás que guardan un secreto. Además de servir al visitante como zona de descanso, estos asientos sirven para disimular y camuflar los radiadores que aclimatan esta enorme sala.
Aunque, sin duda alguna, lo que más llama la atención del lugar es la enorme vidriera que sirve de techo. Por ella entra una luz maravillosa que deslumbra a todos aquellos que alzan la vista para contemplarla.
Una mina bajo el suelo de Madrid
Justo en este enclave, Madrid guarda uno de sus más curiosos secretos. En plena calle Ríos Rosas se puede visitar una mina en su pleno esplendor. Se trata de la mina Marcelo Jorissen.
Este museo secreto se puede visitar los primeros domingos de cada mes. Fue construida por Marcelo Jorissen, uno de los directores de la Escuela de Minas. En principio estaba destinada a que los estudiantes pudieran realizar allí sus prácticas.
Este lugar reproduce un yacimiento de carbón a más de 15 metros bajo tierra. Para poder acceder al lugar, hay que bajar 75 escalones. Una vez allí, nos recibirá una galería de 50 metros con todos los utensilios que utilizan los mineros para extraer el mineral.
Debido a la pandemia y por motivos de seguridad, la Mina Marcelo Jorissen queda temporalmente cerrada al público hasta nuevo aviso. No obstante, es muy curioso conocer que el barrio de Chamberí guarda un secreto así bajo su suelo.