Los auténticos amantes del helado no entienden de estaciones. Hasta en pleno invierno, con 5ºC y una bufanda gigante enrollada al cuello, creen que es el momento perfecto de meterse una buena bola de helado.
Además, es superior a sus fuerzas, porque divisar una heladería es sinónimo de sentir una ganas irrefrenables de devorar, aunque sea, un pequeño cucurucho o tarrina. Y lo sabes.
Sin embargo, ahora nos encontramos en la época perfecta para devorar helados sin miramientos: hasta morir del gusto. En Madrid puedes tropezar con una heladería cada cinco pasos, pero eso no quiere decir que vayas a encontrar casualmente las más exquisitas de la ciudad.
¿Te atreves a conocer las mejores? Estás sobre aviso: no sabrás cómo salir del vicio…
1Lolo Polos
Un día cualquiera sonó el teléfono en la pequeña guarida de eat&love Studio, y Azmina Khanbhai los hizo partícipes de su sueño.
Consistía en fabricar polos, hechos a mano, como los que su madre le hacía de pequeña en una heladera de madera. Lo que después se convirtió en la excusa perfecta para que sus niños tomasen fruta.
Y así nació Lolo Polos, ese pequeño rincón veraniego que es imposible ignorar al pasar por delante. Sus deliciosos helados de stick están elaborados siempre en sintonía con la temporada, y están compuestos de fruta fresquita -entre un 70 y un 80% de cada polo-.
También los encontrarás hechos de yogur, menos ácidos que los cítricos. Pero, además, aquí no vas a encontrar las aburridas mezclas de siempre, sino una combinación de frutas clásicas y exóticas con distintas especias (pimienta, azafrán, chile,semillas de chía y mucho más.
Cuentan con dos locales: uno se encuentra en la calle del Espíritu Santo 16, en Tribunal; y otro está ubicado en la Plaza de Santa Bárbara 4, en Alonso Martínez.