Hace poco más de un siglo, en 1889, Madrid tuvo su propia Torre Eiffel. Se construyó en pleno centro capitolino y rendía homenaje a San Lorenzo. Su estructura recordaba a la construcción parisina, aunque el humor castizo hizo que la torre fuera bautizada rápidamente como la Torre Infiel. Hoy, la torre ya no está pero su existencia está recogida en los fondos históricos de la ciudad que recogen la cultura y la memoria de Madrid.
Esta singular Torre Infiel se erigió en la esquina de la calle del Ave María con Simón, en pleno distrito Centro. La Torre Eiffel madrileña contaba con 21 metros de altura y estaba acompañada de un precioso submarino en la entrada de la calle de la Esperanza. Realizada en madera y tela, la estructura estaba engalanada con banderas, escudos y estandartes proporcionados por el Almacén de Villa del Ayuntamiento de Madrid.
los madrileños costearon la torre con 1.000 pesetas
La Torre Infiel sirvió a los vecinos de Lavapiés para hacer un tributo a la cosmopolita París, que albergaba en esa época la Exposición Universal para conmemorar el primer centenario de la Revolución Francesa. Es por ello, que los madrileños costearon la torre con 1.000 pesetas para competir con otras construcciones efímeras de las demás calles del Centro.
LAS FIESTAS MÁS CASTIZAS INUNDAN EL CENTRO TAMBIÉN SIN TORRE
La Torre Infiel fue uno de los epicentros de las verbenas más castizas. Hace un siglo, las calles del Centro se llenaban de ambiente festivo en el que no podían faltar los mantones de manila, los farolillos y las guirnaldas. En una de estas vías permanecía la torre que era engalanada durante los días de fiesta en los que se desataba el fervor popular madrileño.
Sin Torre Infiel, a día de hoy las verbenas se siguen sucediendo en el corazón de Madrid. Durante estos días de agosto, las fiestas con más arraigo popular se dan cita en la capital. Ha pasado más de un siglo y las fiestas siguen fijas en el calendario de los madrileños.
Este año las restricciones que impone la actual situación sanitaria juegan un papel protagonista en las verbenas madrileñas que aquí siguen: San Cayetano ha dejado ya paso a San Lorenzo para después culminar con la Paloma.
