Empleados del Área de Conservación de Flora y Fauna de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura de la Comunidad de Madrid han trasladado estos días ejemplares de trucha común y de otras especies entre diferentes tramos de la Sierra norte de la región.
Debido al marcado estiaje propio de las fechas estivales, algunas poblaciones de peces quedan aisladas en pozas o aguas temporales, donde las condiciones para su supervivencia se ven comprometidas. Por ello la única solución posible para su supervivencia consiste en su captura y posterior traslado a otros tramos de río con condiciones más adecuadas.
Dichos trabajos son ejecutados con la asistencia de los técnicos del Centro de Recuperación de Animales Silvestres de la Comunidad de Madrid y en colaboración con la sociedad de pescadores local PESCA-Sierra Norte, quienes extraen los ejemplares del río Madarquillos para liberarlos posteriormente en otros tramos más bajos.
El director general de Biodiversidad de la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, Luis del Olmo, ha explicado sobre el terreno que este tramo del río viene desde los últimos años secándose por captaciones no regularizadas o por falta de precipitaciones y sequías.
“Hemos utilizado a través de secaderas y pesca eléctrica en las pocas que hemos encontrado. Y hemos rescatado 60 alevines de boga para meterlos en pozas de más profundidad y agua para que las poblaciones de peces puedan seguir su ritmo biológico, lo que es esencial para la pesca y, para otros cosas más importantes, como la preservación de cigüeña negra y la nutria, que les depredan y son especies esenciales para el mantenimiento de los ecosistemas”, ha indicado.
TAMBIÉN EN EL ARROYO DE LA TRINIDAD Y EN EL DE LOS ROBLES
Idéntica actuación tuvo lugar durante los meses de julio y agosto del 2020 y este mismo año ya se realizaron labores de traslado en el Arroyo de la Trinidad y el Arroyo de los Robles.
La técnica empleada para llevar a cabo la extracción de los ejemplares de trucha es la pesca eléctrica. Este método consiste en la generación de un campo eléctrico dentro del agua al introducir en ella dos electrodos. Este campo eléctrico provoca un aturdimiento temporal en los peces facilitando su extracción sin infligir ningún daño.
Los ejemplares capturados se depositan en contenedores con agua provistos de oxigenadores eléctricos para que permanezcan en las mejores condiciones hasta el momento de ser devueltos nuevamente al medio natural.
Los trabajos se inician a las 18:30 horas con el objeto de evitar las horas de calor más intenso, que complican la supervivencia de los ejemplares, muy sensibles a las altas temperaturas. Está prevista una segunda actuación en el Arroyo de los Robles, aunque condicionada por el caudal del que disponga este último el día de la actuación.
ESPECIES ESENCIALES PARA EL MANTENIMIENTO DEL ECOSISTEMA
Del Olmo considera prioritarias estas actuaciones en tramos trucheros o tributarios del río Lozoya por su alto valor ambiental. Recorriéndolo se han encontrado con pozas, regatos y arroyos sin apenas agua en esta época del año que tienen pozas con alevines, truchas, cachos o bogas en las partes más bajas de esas tramos del río.
Por ejemplo, en el entorno del Arroyo de Robles, en Villavieja, rescataron un día de esta semana 40 truchas o hace semanas unas 90 truchas y bogas. Unos animales que trasladaron a tramos bajos del río donde hay más agua o tramos altos sin pérdidas de agua, “todo para evitar la pérdida de esas poblaciones de peces autóctonos de nuestros ríos”.
El presidente de la asociación Pesca-Sierra Norte, José Luis Corral, ha detalladoque extraen uno a uno los peces con pesca eléctrica salvando los alevines y pequeñas truchas que queden, trasladándoles a lugares donde su superviencia está garantizada. “Llevamos unos cuantos años haciéndola y salvamos muchos peces. “El año pasado unas 120 truchas aquí y en otros arroyos más de 80. Además, hay muchas truchas autóctonas, que quedan ya muy poquitas en Madrid”, ha comentado.