Mayo del 2005, el municipio de Vallecas se postulaba como una de las localidades con mayor potencial de cara al futuro. Un contexto en el que llegó a Madrid la cabeza olmeca que reina en una de las rotondas del barrio del Ensanche de Vallecas. Desde lo alto de una fuente en forma de pirámide, la réplica de la gigantesca cabeza es el mayor ejemplo de la influencia mexicana en la Comunidad de Madrid.
Actualmente se conservan 17 cabezas de la cabeza original, situada en el Museo de Antropología de Xalapa. Se trata de una réplica exacta, donada por el Estado de Veracruz, que pesa más de cinco toneladas y mide más de dos metros de alto. En el momento de su inauguración, fue todo un acontecimiento al que acudieron las figuras más importantes del momento como el concejal de Vivienda, Sigfrido Herráez, el secretario de Desarrollo Económico del Estado de Veracruz, Carlos García Méndez, y el presidente de la Fundación de Amigos de México, José Gárate.
Ignacio Pérez Solano fue el escultor encargado de representar la Cabeza Colosal Número 8, tallada por los Olmecas entre los años 1200 y 900 a.C. “El Rey”, como se conoce al monumento vallecano, se construyó sobre un estanque que impulsa el agua hacia la base de la cabeza, la cual se encuentra en la cúspide de la pirámide precolombina. Una escultura que decora una de las glorietas más especiales de la comunidad autónoma, sobre todo por la noche puesto que ésta se ilumina gracias a sus 130 focos internos.
La cabeza original fue descubierta a finales del siglo XIX y desde ese momento múltiples ciudades del mundo decidieron realizar réplicas de la monumental obra arquitectónica. Por ello, Madrid no es la única ciudad del mundo que cuenta con una réplica de una cabeza olmeca: Washington, Chicago y Pekín cuentan en sus calles con otras réplicas similares, haciendo sentir de alguna manera a sus ciudadanos cerca de México.
La Cabeza Olmeca Número 8, en la cual se basa el monumento de la rotonda del ensanche de Vallecas, fue encontrada en San Lorenzo Tenochtitlán, en Veracruz. Es considerada como una de las piezas más representativas del grupo de las 17 cabezas olmecas halladas completas hasta la fecha actual.
La primera cabeza olmeca fue encontrada en la costa del Golfo de México, bajo un manto de tierra. Estas esculturas fueron esculpidas en basalto o andesita entre los años 1200 y 400a.C. Durante este periodo comenzaron a aparecer las diferentes culturas de las civilizaciones de la zona, destacando la cultura olmeca.
EL ORIGEN DE LAS CABEZAS OLMECAS
Sin duda alguna, la interesante cultura mexicana procedente del pueblo Nuha, nos dejó un rico patrimonio histórico, a pesar de que la naturaleza tapase estas piezas de gran valor artístico. Estas 17 cabezas probablemente representasen a 17 de sus jefes esculpidos en piedra con características físicas generales de las cabezas muy parecidas a la de las personas que viven en la región.
Una característica curiosa de estas representaciones es que su parte trasera es plana, lo que significa que estaban destinadas a colocarse junto a una pared. Aunque todas ellas parecen iguales no es así, ya que cada una de ellas tiene características individualizadas del gobernador en el que están basadas. Varias de las cabezas han estado durante un tiempo en el extranjero prestadas por México, como es el caso de la cabeza de San Lorenzo que fue cedida a la ciudad de Nueva York en 1970.
La representación mexicana se puede encontrar en la glorieta de la calle La Granja de San Idelfonso junto a la calle del Puerto de la Porzuna y la calle de Honrubia. Un monumento que llama la atención de todos los turistas y madrileños que circulan alrededor de majestuoso “rey olmeca”, cuya apariencia severa y ataviada acerca la cultura del otro lado del charco a la zona obrera del ensanche de Vallecas.