El macrojuicio contra los 23 procesados por organizar peleas de perros arranca el lunes en la Audiencia Provincial

La Audiencia Provincial de Madrid acogerรก desde este lunes, dรญa 7, el macrojuicio contra los 23 procesados por organizar tanto a nivel nacional como internacional peleas ilegales de perros, a los que administraban sustancias dopantes para mejorar su rendimiento y sometรญan a un “cruel maltrato” desde su nacimiento.

La Fiscalรญa Provincial de Madrid ha solicitado un total de 102 aรฑos de prisiรณn para los 23 miembros por los presuntos delitos de pertenencia a organizaciรณn criminal, maltrato animal y omisiรณn de la obligaciรณn de perseguir delitos, segรบn los casos.

La red fue desarticulada en 2017 en un operativo llevado a cabo por la Policรญa Nacional que permitiรณ rescatar a 230 perros potencialmente peligrosos preparados para participar en peleas de perros. En la Comunidad de Madrid, operaban seis de los procesados, con los apodados como ‘Rafa’ –el “maestro”– y ‘Profe’ como lรญderes principales, asรญ como un veterinario que colaboraba con la organizaciรณn.

En su escrito de acusaciรณn, el Ministerio Pรบblico seรฑala que la red adiestraba a perros de razas potencialmente peligrosas a base de fรกrmacos y sustancias dopantes “muy perjudiciales para los canes” con el objetivo de que fueran mรกs agresivos y asรญ mejorar su rendimiento, recuperaciรณn y aumento muscular. Asรญ, los animales estan sometidos a una situaciรณn de “cruel maltrato” desde su nacimiento, con castigos, alimentaciรณn inadecuada y “duros” entrenamientos fรญsicos.

Desde la Fiscalรญa se remarca que incluso se llegaba a utilizar cintas de correr para desarrollar sus capacidades musculares y resistencia aerรณbica “llevando al animal hasta su extenuaciรณn”. Si el perro no morรญa en la pela y resultaba gravemente herido lo utilizaban como “sparring” o les mataban “cuando ya no les eran de utilidad para sus fines, desplazรกndose los miembros de la organizaciรณn por todo el territorio nacional o al extranjero, con el รบnico objeto de medir el grado de aptitud de un perro para la pelea”.

Entre los miembros de esta organizaciรณn existรญa una divisiรณn de funciones y tambiรฉn territorial con grupos “claramente” identificados que actuaban en Madrid, Canarias, Alicante, Murcia, Almerรญa y Mรกlaga. En sus territorios formaban pequeรฑos grupos interconexionados entre sรญ que, a su vez, tenรญan ramificaciones a nivel internacional, para llevar a paรญses como Italia, Francia, Mรฉxico, Tailandia o Emiratos รrabes “a los perros que destacaban por su agresividad.

La Fiscalรญa seรฑala tambiรฉn que cada grupo se repartรญa las funciones de forma jerรกrquica, de modo que mientras unos se encargaban de organizar las peleas, otros se dedicaban a criar y entrenar a los perros y un tercer grupo participaba en los eventos “apostando en los mismos”.

Los acusados, muchos de ellos criadores de perros peligrosos, pactaban por escrito antes de la celebraciรณn de cada pelea las condiciones del combate, el dinero que se jugaban, peso de los perros que iban a luchar, penalizaciรณn en caso de no comparecer, รกrbitro, fecha y lugar. En estas actividades solo podรญan participar los miembros de la organizaciรณn, “u otras personas que fueran apadrinadas por uno de sus miembros, encontrรกndose todos los miembros de la organizaciรณn especializados en esta materia, y disponiendo de una jerga propia”, segรบn el escrito de acusaciรณn.

IMPLANTACIร“N EN LA COMUNIDAD DE MADRID

En el caso de la Comunidad de Madrid, el lรญder era conocido como ‘Rafa’, con un papel de claro liderazgo dentro de la organizaciรณn –el “maestro”– y se encargaba de mantener los contactos fuera de Espaรฑa. En concreto, en un papel de “cazatalentos”, tenรญa varios perros que criaba en una finca de Batres y allรญ celebraba “topas” (enfrentamientos previos a una pelea) con el fin de seleccionar a los mรกs agresivos y mejor entrenados de cara a promover su lanzamiento a peleas internacionales, “donde el lucro obtenido siempre era muy superior”.

En el registro practicado en su finca se hallaron 22 perros “en estado lamentable de salud e higiene. La mitad de ellos fallecieron debido al estado de salud en que se encontraban, “siendo necesario practicar ademรกs a varios de ellos eutanasias humanitarias”.

En otra finca situada en el tรฉrmino municipal de Fuente El Saz de Jarama, se localizรณ otro criadero de perros para adiestramiento en un ring para la celebraciรณn de las peleas. Ademรกs, realizaba funciones de asesoramiento a otros miembros del grupo en materia de crรญa, cuidado y adiestramiento, de los animales.

En su finca se encontraron 17 perros, la mayorรญa hembras para crianza, algunos de ellos con cicatrices y heridas abiertas, atados a cortas cadenas y rodeados de suciedad y excrementos”. En este lugar, otro de los acusados era el encargado de supervisar las funciones de adiestramiento y suministraba a los perros “medicaciรณn especรญfica para potenciar su agresividad de cara a la celebraciรณn de las peleas, tratรกndose de fรกrmacos y sustancias dopantes muy fuertes y perjudiciales para la salud de los canes”.

Entre el grupo de seis acusados que operaban en la comunidad de Madrid se encuentra tambiรฉn un veterinario encargado de facilitar el soporte documental administrativo necesario para la identificaciรณn, transporte y tenencia de los perros, “medicaciรณn que es de exclusivo suministro veterinario”.

Al mismo tiempo aportaba sus conocimientos sobre el tratamiento mรฉdico de los perros, “a sabiendas de la ilรญcita actividad que los demรกs acusados estaban practicando” con los perros.

Segรบn la Fiscalรญa, el acusado era perfecto conocedor del estado en que se encontraban los perros y del origen de sus heridas, “evitando con sus consejos que los perros tuvieran que ser trasladados a una clรญnica veterinaria donde se sospecharรญa de las heridas presentadas y del estado de los animales”.