Las presiones ecologistas siguen sucediéndose en el entorno de las lagunas de Ambroz. Diversas organizaciones ecologistas, protectoras y vecinales han denunciado que Tolsa, la empresa que explota las minas de las madrileñas Lagunas de Ambroz, “está poniendo en peligro una colonia de aves protegidas”. Este accidente geográfico ubicado en el distrito de San Blas-Canillejas se trata de un humedal artificial que nació tras la paralización de una antigua explotación minera de sepiolita hace más de una década. Los huecos que dejó la mina inactiva se llenaron de agua y sufrieron un importante proceso de naturalización que, según los ecologistas, ha llegado a crear «un verdadero santuario para más de medio centenar de especies de aves diferentes».
Precisamente esta variedad de aves son las que podrían estar en peligro según las asociaciones ecologistas que denuncian que Tolsa procedió a realizar un movimiento de tierras sobre uno de los taludes de la Laguna Grande de Ambroz, un talud donde se encuentra una colonia de abejarucos europeos, un ave migratoria que pasa el invierno en África, y que tiene una veintena de nidos excavados en ese talud, a los que regresan para criar todas las primaveras. En este sentido, recuerdan que la legislación española protege los nidos de todas las aves, estando, por lo tanto, prohibida su destrucción.
Según parece, esta actuación se llevó a cabo por una orden de la Comunidad de Madrid. Resulta muy sorprendente, por tanto, que la Dirección General de Biodiversidad y Recursos Naturales no tuviese constancia de la existencia de esta colonia de aves. También sorprende que no haya existido ningún tipo de coordinación con el Cuerpo de Agentes Forestales, lo que garantizaría que la ejecución de estos trabajos, aparentemente sin terminar, se hiciese sin amenazas para la flora y fauna del lugar. Tampoco parece que haya habido coordinación con el Seprona, ni con la Policía Municipal”, critican los ecologistas.
Y es que los ecologistas llevan años luchando por la conservación medioambiental de este espacio que un día albergó actividad minera. Mientras Tolsa trata de renovar sus licencias para continuar la explotación minera, los grupos defensores del medio ambiente apuestan por preservar la “renaturalización” a la que se prestó el espacio. Cabe destacar que esta mina, se sitúan solo a 500 metros de las viviendas por lo que una posible reapertura de la explotación ha levantado «mucha preocupación y malestar en la población de estos barrios, por los riesgos potenciales sobre la salud que la actividad minera pudiese suponer, sobre todo teniendo en cuenta que se extendería a lo largo de más de una década».
Es por ello que el Grupo de Trabajo para la protección y conservación de Las Lagunas de Ambroz y su Entorno, en el que participan las Asociaciones Vecinales de Medio Ambiente de San Blas-Canillejas y Vicálvaro, Ecologistas en Acción, SEO/BirdLife, grupo local WWF de Madrid, GRAMA, la FRAVM y varias organizaciones científicas han lanzado esta denuncia para tratar de proteger este gran humedal natural de la ciudad de Madrid.
UNA ZONA DE CONFLICTO ENTRE AYUNTAMIENTO Y COMUNIDAD
A pesar de que el Ayuntamiento de Madrid ha aprobado en pleno una declaración para asegurar la protección de estas lagunas, la Comunidad de Madrid ha rechazado recientemente una Proposición No de Ley (PNL) con objetivos similares. De hecho, desde el consistorio quieren integrar este espacio dentro del Bosque Metropolitano que es el proyecto estrella del grupo municipal Ciudadanos.
la Comunidad de Madrid ha rechazado recientemente una Proposición No de Ley (PNL) para proteger este espacio
Mientras Cibeles aprobó por unanimidad la protección de este espacio el pasado verano, el Ejecutivo regional decidió tumbar la proposición. Hoy en día este espacio discurre por suelo municipal del distrito de San Blas-Canillejas, sin embargo, tradicionalmente este enclave discurría por el municipio de Vicálvaro por lo que el baile de competencias se complica.