Reducir emisiones. El Ayuntamiento de Boadilla del Monte ha presentado su plan de acción para cumplir, hasta 2030, con las exigencias medioambientales impuestas por el Pacto de los Alcaldes al que se adhirió en 2015. El Pacto, apoyado por la Unión Europea, reconoce la necesidad de actuar desde las instituciones en materia de eficiencia energética, impulso de las energías renovables y mitigación y adaptación al cambio climático.
En concreto, el Consistorio se compromete a reducir las emisiones de CO2 en un 40%, desde la mejora en la eficiencia energética y un mayor uso de las energías renovables, a aumentar la capacidad de resistencia local mediante la adaptación al impacto del cambio climático y a compartir la visión, resultados, experiencia y conocimientos técnicos con otras administraciones de dentro y fuera de la UE, especialmente en el marco del Pacto Mundial de los Alcaldes.
Para la elaboración de su Plan de Acción para el Clima y la Energía Sostenible (PACES), en estos dos años el Ayuntamiento ha realizado un Inventario de Emisiones de Referencia con el que se han identificado las principales fuentes emisoras de CO2 y de otros gases. Esa información ha permitido hacer un Diagnóstico Energético Local para plantear las medidas más adecuadas.
Según el diagnóstico, en 2013, año que se ha tomado como referencia, se emitieron en Boadilla 242.028,237 toneladas de CO2, que son 5,086 toneladas de CO2 por habitante. Los sectores que más contribuyen a las emisiones son el transporte privado y comercial (60%) –especialmente los vehículos diésel- y las edificaciones terciarias y residenciales, por los consumos eléctricos y de gas natural.
También se ha hecho una evaluación local de la vulnerabilidad y riesgos del cambio climático que permite recabar información sobre la capacidad de adaptación para hacer frente a los posibles problemas.
El inventario y la evaluación realizados han servido de base para elaborar el PACES que concreta los objetivos y medidas a adoptar hasta 2030, teniendo en cuenta que el cambio climático mundial no es un problema solamente de las administraciones sino de la sociedad entera por lo que requiere de la implicación de todos los agentes socioeconómicos afectados.
Las 29 medidas del plan contemplan aspectos relacionados con el ahorro energético (tanto municipal como privado, a través de incentivos) en edificios, alumbrado público, transportes, etc. También se plantean otras para rebajar el impacto del cambio climático (plantaciones, huertos urbanos, ahorro de agua, lucha contra incendios…), la implantación gradual de energías renovables y contratación de productos y servicios aplicando criterios de eficiencia energética o promoción e incentivos a la mejora de la calificación energética de edificios.
El alcalde de Boadilla, Antonio González Terol, destacó que las administraciones pueden actuar directamente sobre aquello que gestionan pero el impacto que supone lo público es mínimo por lo que es necesario el compromiso de toda la sociedad. “Las administraciones pueden animar e incentivar los buenos usos energéticos mediante medidas fiscales, campañas de divulgación o facilitando el uso del transporte público, por ejemplo, pero la conciencia ecológica colectiva depende sin duda de la educación”, señaló.
Terol hizo alusión a que en Boadilla esa labor educativa se realiza desde la infancia y recordó las banderas verdes que tienen cada vez más centros educativos de la localidad o las numerosas plantaciones en las que participan los escolares a lo largo del año.
Tras la aprobación del PACES comienza una nueva etapa que incluye su puesta en práctica y un seguimiento regular de los progresos realizados.