A pesar del incremento del 11% en el año 2022, la Comunidad de Madrid aún necesita 7.986 plazas en las residencias de mayores para alcanzar las correspondientes 5 plazas por cada 10 personas mayores de 65 años que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El tema de las residencias es un problema latente en la Comunidad de Madrid, sobre todo, después del 2020 con la pandemia del COVID-19. La Comunidad de Madrid necesita 7.986 en las residencias de mayores para alcanzar las 5 plazas por cada 100 personas mayores de 65 años, tal y como establece las OMS, según revela un informe de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales. El documento revela, sin embargo, que el número de plazas en estos complejos residenciales se incrementó un 11,2% en la Comunidad de Madrid en 2021 hasta alcanzar las 53.823 (956 más que el año anterior).
De esta forma, del total de plazas en 2021 en la región, 31.251 correspondían a residencias de gestión privada (el 58,1%) y las 22.572 restantes eran públicas (41,9%), que incluye plazas en centros públicos, plazas concertadas en centros privados, y plazas que se financian con la prestación vinculada al servicio.
A nivel nacional, la asociación especifica que “los datos recientemente publicados por el IMSERSO parecen indicar un crecimiento del sector residencial en 2021, tras el estancamiento registrado el año anterior como consecuencia del enorme impacto del Covid-19 en estos centros. Se pone de manifiesto que las residencias siguen siendo una gran necesidad en nuestro país, por el incremento de población de avanzada edad y en situaciones de dependencia y necesidad de cuidados de larga duración”.
Por ello, precisa que, a pesar del incremento de plazas residenciales, su déficit sigue aumentando. Así, si en 2014 faltaban 53.103 plazas para alcanzar la ratio del 5%, en el último año este déficit alcanza las 76.350.
SE NECESITAN 35.000 PLAZAS RESIDENCIALES
Además, la asociación advierte de que, teniendo en cuenta la demanda que existe actualmente sin atender, se necesitarían al menos 35.000 plazas residenciales para las personas con dependencia severa (Grado II) o grandes dependientes (Grado III), que se encuentran en la lista de espera o “limbo” de la dependencia.
Siguiendo los últimos datos oficiales del IMSERSO, 80.862 personas con Grado II y III están en lista de espera para ser atendidas, a las que hay que sumar 60.000 pendientes de valorar, que previsiblemente obtendrán uno de esos grados. Esto último que eleva el número hasta las 140.862 personas, de las cuales, aplicando también los porcentajes actuales de personas atendidas, una de cada cuatro demandaría un servicio residencial en plaza pública, concertada o prestación económica vinculada a ese servicio.
Según el estudio, las comunidades con mayor déficit de plazas son Andalucía y la Comunidad Valencia, con 31.475 y 23.485 respectivamente. Mientras, en cinco comunidades sigue habiendo un exceso de plazas, entre las que destaca Castilla y León, con 17.503, seguida de Castilla-La Mancha, Aragón, Extremadura y Asturias.
MADRID DERIVÓ 163 MAYORES A RESIDENCIAS PRIVADAS EN 2020
El Gobierno de la Comunidad de Madrid derivó a un total de 163 mayores a 15 residencias privadas durante el periodo más duro de la pandemia, entre abril y junio de 2020, procedentes de hospitales cuando había casi un millar de plazas disponibles en residencias públicas. Esa intervención supuso un desembolso a las entidades privadas de 1,1 millones, pese a que en ese momento había plazas libres en las 25 residencias públicas de la región que gestiona la Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS).
El vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, ya ha dado explicaciones sobre este tema y, según ha informado, las autoridades sanitarias decretaron la suspensión de “los nuevos ingresos” en las residencias, a lo cual se sumó que “muchos residentes” decidieron irse a los domicilios de sus familiares algunas semanas.