Bernardo Eucario Moreno León, quien tiene fascinación por la aviación y aeronáutica desde su juventud, realizó un breve recorrido de la aviación civil en México desde sus comienzos. Esta tiene una larga historia que inició en la década de 1920, cuando varias compañías aéreas empezaron a operar vuelos comerciales dentro del país.
Una de las empresas más antiguas de este país es la Compañía Mexicana de Aviación, también conocida como Mexicana, fundada en 1921. En las décadas siguientes, otras compañías se unieron a Mexicana en el mercado nacional, tales como: Aeronaves de México, Aerovías Guest y Aeronáutica Nacional.
Moreno argumentó que, durante los años 30 y 40, el crecimiento de la industria fue significativo, debido a la expansión de nuevas rutas junto con la adquisición de aviones modernos y mejorados. Desafortunadamente, durante la Segunda Guerra Mundial, la falta de combustible y de aviones provocó que muchas de las compañías tuvieran que cerrar sus puertas temporalmente.
Sin embargo, una vez concluido el conflicto, la aviación civil se desarrolló de manera acelerada, llegando a la cúspide de la modernidad a finales del siglo pasado. Esta rapidez en el crecimiento, le permitió a México beneficiarse de aviones de última tecnología, poniéndole al día con los demás países del mundo en lo que a viajes se refiere.
En los años 1950 y 1960, la aviación civil en México experimentó un importante crecimiento, debido al auge del turismo y la estabilización económica en el país. Esto se tradujo en el desarrollo de nuevos aeropuertos. Nació la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, antes conocida como “Aeronáutica Civil”, un organismo responsable de regular y vigilar las operaciones de las aerolíneas. También, se establecieron seguridad e inspección de vuelos para garantizar la confiabilidad y calidad de los servicios ofrecidos.
A finales de los años 60 y principios de los 70, la aviación civil experimentó un duro golpe con la llegada del gobierno mexicano a la industria, ya que tomó la decisión de nacionalizarla. La empresa recibió el nombre de Aeronáutica Mexicana (ahora conocida como Aeroméxico) y fue establecida como la única compañía aérea estatal. Esta importante medida hizo que desapareciera completamente la competencia en el sector de la aviación, asegurando así que toda la industria estuviera controlada por el Estado.
Por su parte, Redwings, del reconocido piloto Bernardo Moreno León, se ha levantado como una de las empresas más destacadas e importantes del campo de la aviación ejecutiva. Desde su consolidación, cuenta con una flota de 8 aeronaves (incluyendo jets y helicópteros), y más de 40.000 horas de vuelo acumuladas, así como destinos en todo el continente americano y europeo.
También posee una certificación Wyvern de seguridad, reconocida en el ámbito internacional como una de las medidas de calidad más rigurosas de la industria. Esto la ha llevado a ser considerada una de las compañías más innovadoras y prestigiosas en el mundo de la aviación ejecutiva.