El mes de mayo y junio en la Comunidad de Madrid es sinónimo de días soleados, temperaturas agradables y una naturaleza floreciente. Sin embargo, para muchos residentes, también representa una época de molestias y malestar debido a la proliferación del polen en el aire. Las alergias estacionales son un desafío para aquellos que las padecen, y en esta región de España, diversos tipos de polen contribuyen a los síntomas alérgicos. Unas alergias que, además, parecen haberse agravado debido al uso de las mascarillas contra el Covid-19 de los últimos años, que han hecho que algunos madrileños se vuelvan aún más sensibles a los agentes alérgicos del polen que, una primavera más, sigue “ahogando” a los madrileños.
El polen de las gramíneas: un enemigo común
Uno de los principales responsables de las alergias en mayo y junio en la Comunidad de Madrid es el polen de las gramíneas. Estas plantas herbáceas, como la cebada, el trigo y el centeno, liberan grandes cantidades de polen al aire durante esta época del año. El polen de las gramíneas es especialmente problemático debido a su pequeño tamaño y su capacidad para viajar largas distancias, lo que lo convierte en un desencadenante común de síntomas alérgicos como estornudos, picazón en los ojos y congestión nasal.
El polen de los olivos y el ciprés: un desafío para los madrileños
Además del polen de las gramíneas, los alérgenos de los olivos y los cipreses también afectan a la Comunidad de Madrid durante mayo y junio. Estos árboles son abundantes en la región y liberan cantidades significativas de polen al aire. El polen de los olivos se caracteriza por ser pequeño y ligero, lo que facilita su dispersión en el aire y su inhalación por parte de las personas alérgicas. Por otro lado, el polen de los cipreses es conocido por su capacidad de causar alergias en personas sensibles, ya que contiene proteínas que pueden desencadenar una respuesta alérgica.
Medidas para hacer frente a las alergias estacionales
Aquellos que sufren de alergias estacionales en la Comunidad de Madrid durante mayo y junio no deben desesperarse. Hay medidas que pueden tomar para mitigar los síntomas y disfrutar de la temporada de primavera y verano. A continuación, se presentan algunas recomendaciones:
- Consultar a un especialista: Si los síntomas alérgicos son graves o recurrentes, es recomendable acudir a un alergólogo. Un profesional de la salud puede realizar pruebas para identificar los alérgenos específicos que afectan a cada persona y brindar un tratamiento adecuado.
- Seguir el pronóstico del polen: Actualmente, existen diversas aplicaciones y sitios web que ofrecen pronósticos sobre la concentración de polen en el aire. Estar al tanto de los niveles de polen puede ayudar a planificar actividades al aire libre y tomar precauciones adicionales cuando los niveles sean altos.
- Mantener las ventanas cerradas: Para evitar la entrada de polen en el hogar, es aconsejable mantener las ventanas cerradas durante las horas en las que los niveles de polen son más altos, como por la mañana y al atardecer. Además, es útil utilizar filtros de aire o acondicionadores con filtros especiales para atrapar las partículas alergénicas.
- Evitar el contacto directo con el polen: Cuando sea necesario estar al aire libre, es aconsejable usar gafas de sol para proteger los ojos, una mascarilla para filtrar el aire inhalado y ropa que cubra la mayor parte del cuerpo para evitar el contacto directo con el polen.