Reflexión de José R. Vilamor sobre la fragilidad de la vida y del ser humano en su libro ‘Viviremos para siempre detrás del Arcoíris’

El doctor y licenciado en Ciencias de la información y Ciencias Sociales, José R. Vilamor invita a sus lectores a reflexionar sobre la fragilidad del ser humano en su libro, Viviremos para siempre detrás del arcoíris. “Empezábamos el siglo XXI con el hombre silicius (Más fuertes, más listos, y más buenos) y ya, apenas en el primer cuarto, ya lo hemos finiquitado porque hay que repensarlo todo: la geopolítica, la geoestratégica, la economía, la ciencia hasta la religión o religiones. Bastaría con escuchar los mensajes de algunos predicadores y ver la demanda de un tipo de trabajo muy diferente de los actuales de muchas empresas”, indica él mismo.

Publicada en Círculo Rojo Grupo Editorial, el lector va a encontrar, según las palabras del propio autor, “alguna respuesta a más de una pregunta difícil de responder que pasó por su mente a lo largo de la vida; una dura crítica a aquellos que no respetan la manera de pensar y de vivir de los demás siempre que cuando no vaya en detrimento de terceras personas; cómo la evolución empieza en uno mismo a sabiendas de que muchas instituciones encorsetan y tratan de dirigirnos hacia sus interesas que no siempre coinciden con nuestro bienestar; que la vida es corazón e intelecto de modo que si la compagináramos a partes iguales nos iría todo mucho mejor”.

Vilamor pone de manifiesto dos grandes cuestiones, por una parte, “cómo el endiosamiento de la persona, pensando que iba a conseguirlo todo sin necesidad de Dios y, por otra parte, cómo una simple pandemia y la ambición personal de Putin, han sido capaces de trastornar todos los planes de la vieja Europa”, explica.

Sinopsis

Toda Europa vivió dos dramáticas guerras mundiales y nada aprendió de sus duros y desgarradores sufrimientos. La Europa cristiana dejó de serlo; lo material aplastó a lo espiritual, lo trascendente se diluyó en el limitado presente; la tecnología fagotizó la humanística; el nuevo mundo predicó que no necesitaba a Dios para explicar cosa alguna, puesto que la gente subía a caballo de una civilización endiosada, de una nueva era sin Dios que llevaría al advenimiento del hombre inmortal.

El homo sapiens está despareciendo de la faz de la Tierra, para dar paso al homo silicium que podrá controlar su propio destino tanto en la tierra como en otros planetas y sistemas solares. Cuando un mal colectivo amenaza seriamente, llámese peste o coronavirus, cuando se extiende la incertidumbre de si existirá mañana, cuando la guerra vuelve a mostrar las calaveras por bandera – caso de la invasión rusa de Ucrania – cuando se desprecia a los mayores a los que ni siquiera se puede acompañar en sus momentos duros, ni despedirlos cuando mueren, hay que plantearse la finitud de las cosas y a preguntarse si todo acaba aquí y ahora.

Causa escalofríos el comportamiento que tuvieron y tienen con los mayores algunos políticos e instituciones, convertidos en tasadores de sus vidas, que ante la saturación de hospitales y residencias por el covid no dudaron en establecer protocolos y hacer declaraciones a favor de los más jóvenes en detrimento de los de edad avanzada. Hay gente que va a morir de viejo porque tienen una edad con setenta y pico durará lo que dure (…) creo que habiendo gente con veinte y tantos, treinta y tantos, cuarenta y tantos años… hay gente mayor que tienen que tomar ejemplo de Ratzinger (Benedicto XVI) y cogerse un helicóptero e irse a Castel Gandolofo o a la mierda o donde quieran….

“¿De dónde venimos? ¿Adónde vamos? ¿? ¿Qué pasa con el alma al morir? ¿(Cristianismo, islamismo, budismo, hinduismo, judaísmo) responden”.

“Apenas llevamos un cuarto del presente siglo XXI consumido, ya lo hemos finiquitado. La Europa adormilada en la confortable cuna del con­sumismo se quedó estupefacta al despertar a finales de febrero de 2022 con siniestros sones de tambores de guerra que vuelven a amenazar de destrucción al Viejo Continente”.

Autor

José R. Vilamor es doctor en Ciencias de la Información y licenciado en Ciencias Socia­les. Comenzó su andadura periodística en El Ideal Gallego de La Coruña y, posteriormente, pasó al YA, periódico del que fue subdirector. Le apasiona el periodismo impreso, razón por la que casi todas sus investigaciones se cen­tran en este sector de medios de comunicación social. Su tesis doctoral versó sobre “Tercera edad y prensa en España”, la primera que tra­tó este tema en Europa. Ha publicado, entre otros, los libros La rebelión de los campesinos gallegos, Nuevo periodismo para el nuevo mile­nio, Redacción periodística para la generación digital, Cómo escribir en Internet, Obituario o necrológica, un género periodístico con futuro, Educar para hacer y ver televisión, España, en la pendiente de otra guerra civil y Duelo por el pasado (versión digital y papel). Es coautor de los siguientes: Redacción para periodistas: informar e interpretar, La lengua, compañera de la transición política española, Lengua y co­municación: norma frente a uso, El español en la prensa escrita, Pasado, presente y futuro de la libertad de expresión. Historia de Ya. Sinfonía con final trágico. Profesor de redacción en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la Universidad CEU San Pablo y en el Máster de El Mundo. 

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