La parálisis cerebral infantil (PCI) es la causa de discapacidad física más habitual en la niñez, que responde a un grupo de trastornos neurológicos originados por una lesión en el cerebro en desarrollo que limitan el movimiento, el equilibrio y la postura de las personas. El origen de este síndrome acostumbra a encontrarse en las anomalías genéticas y malformaciones cerebrales congénitas, pero también puede deberse a negligencias médicas durante el parto.
Cuando la causa de la PCI es por mala praxis, la familia del menor tiene derecho a reclamar una indemnización y este recurso puede gestionarlo con un servicio jurídico eficiente como el del despacho del abogado Rafael Martín Bueno.
¿Cuáles son las causas de la parálisis cerebral infantil y esperanza de vida?
La parálisis cerebral infantil (PCI), por definición médica, es un trastorno neurológico cuyo origen está localizado en el Sistema Nervioso Central y que incide de forma persistente sobre la función motora, el tono muscular y la coordinación de los movimientos en los niños.
La PCI no es una enfermedad progresiva, aunque los síntomas pueden varias y mutar con el tiempo afectando a todo el cuerpo o limitándose a una o ambas extremidades. De acuerdo al patrón de afectación motora, esta puede clasificarse en espástica, discinética, atáxica y mixta.
Los primeros signos clínicos pueden surgir en cualquier momento, entre el nacimiento y los tres años, con algunas dificultades leves en el movimiento espontáneo facial y corporal o alteraciones de la deglución y discapacidades significativas en la movilidad, el habla y la función cognitiva. Además, podrían presentarse otros trastornos como problemas de audición o visión y epilepsia.
Aunque en muchos casos la causa exacta del síndrome permanece desconocida, existen evidencias científicas de que su génesis se halla en lesiones del cerebro producidas durante el desarrollo fetal por infecciones maternas, anomalías genéticas, hipoxia, diabetes; en los partos complejos, por prematuridad o torsión del cordón umbilical; o en los primeros años de vida con traumatismos, encefalitis, convulsiones, etcétera.
La esperanza de vida de los niños con PCI, si bien varía ampliamente por factores como las comorbilidades, la gravedad del cuadro y la calidad de atención médica, puede ubicarse en un promedio de 40 años. No obstante, si se aplican las terapias adecuadas ininterrumpidamente, el paciente llega a tener una expectativa de vida entre 60 y 80 años.
Pedir indemnización por PCI
Diversos exámenes con rigor científico han demostrado que la parálisis cerebral en los niños también puede producirse por maniobras incorrectas durante el parto o por la falta de una diligencia suficiente en el proceso de alumbramiento. En este escenario, la familia del menor cuenta con el derecho de ejercer un reclamo por mala praxis y reclamar una indemnización que cubra las terapias y los dispositivos tecnológicos que el pequeño necesitará durante el resto de su vida.
Para ello, el bufete de abogados de Rafael Martín Bueno es una alternativa confiable en los casos que involucran a negligencias médicas. El experimentado equipo de la firma madrileña asegura una completa asesoría jurídica de los daños. Con este estudio es posible conseguir una compensación económica que solvente los tratamientos del menor y le garantice una mayor esperanza de vida.