La Ordenanza de Terrazas de Madrid ha sido un tema de interés constante desde su implementación, especialmente en el contexto de la pandemia de COVID-19. Esta ordenanza, impulsada por la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, permitió la expansión de las terrazas de hostelería a bandas de aparcamiento y aceras para mitigar los efectos económicos de la pandemia. Sin embargo, tras la crisis sanitaria, esta normativa se ha mantenido en vigor y ha generado controversias y desafíos legales, especialmente en el centro de la ciudad.
Durante la pandemia de COVID-19, el Ayuntamiento de Madrid tomó medidas para apoyar a la industria de la hostelería, una de las más afectadas por las restricciones y cierres temporales. Una de estas medidas fue la ampliación de las terrazas de restaurantes y bares a bandas de aparcamiento y aceras, permitiendo así a los negocios aumentar su capacidad y mantener la distancia social necesaria.
Esta decisión, promovida por la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, resultó ser un alivio para muchos autónomos y pequeños negocios. La instalación de terrazas en la calzada supuso un coste medio de entre 2.000 y 4.000 euros por local, pero permitió que muchos establecimientos mantuvieran sus puertas abiertas durante tiempos difíciles.
El pleno del Ayuntamiento de Madrid aprobó la modificación de la Ordenanza de Terrazas y Quisco de Restauración, lo que supuso la desaparición de las más de 2.000 ampliaciones de terrazas concedidas durante la pandemia. Esta decisión, según el organismo municipal, busca regularizar la situación y volver a un marco normativo anterior a la crisis sanitaria.
Sin embargo, la modificación de la ordenanza no implica la eliminación total de las terrazas en bandas de aparcamiento. Estas terrazas se estipuló que continuarían existiendo hasta 2023, pero los establecimientos deberán pagar una nueva tasa por ocupación de hasta 24 euros por metro cuadrado, dependiendo del barrio o la calle en la que se ubiquen. Esta medida busca equilibrar la necesidad de mantener el apoyo a la hostelería con la regulación de la ocupación del espacio público.
LOS DESAFÍOS DE LA ORDENANZA DE TERRAZAS Y POR QUÉ LOS MADRILEÑOS ESTÁN EN CONTRA DE ELLA
La Ordenanza de Terrazas de Villacís ha tenido beneficios significativos para la industria de la hostelería en Madrid. Muchos autónomos y pequeños negocios han logrado capear la pandemia gracias a la expansión de sus terrazas. Javier Fuentes, propietario del restaurante La Taberna en el barrio de Salamanca, expresó su gratitud por esta medida, que consideró un “desahogo para la situación dramática de la hostelería”.
Hasta la fecha, el Ayuntamiento de Madrid no había exigido impuestos o tasas por la ocupación de las bandas de aparcamiento, lo que permitió a los negocios recuperarse de la crisis económica.
A pesar de los beneficios, la Ordenanza de Terrazas ha generado polémicas y desafíos legales. Una de las principales preocupaciones es la falta de cumplimiento por parte de algunos negocios, especialmente en el centro de Madrid. Usuarios en las redes sociales y asociaciones de vecinos, como la de Retiro, han compartido evidencia de cómo esta normativa no se cumple de manera consistente.
La Junta de Gobierno también aprobó una nueva Ordenanza fiscal reguladora de la tasa por aprovechamiento especial de terrazas de hostelería en bandas de estacionamiento. Las tarifas varían según la categoría de la vía pública en la que se encuentre el negocio, lo que implica que las 8.500 calles de Madrid están catalogadas en distintas categorías fiscales por tramos, tipos de vía y ubicación.
CREACIÓN DE ZONAS SATURADAS
Una de las novedades más destacadas de la modificación de la Ordenanza de Terrazas es la creación de la figura denominada “zona saturada”. Esta nueva figura permite a la Administración actuar de manera ágil y quirúrgica en áreas con una ocupación superior al 33 % o al 40 %, dependiendo del ancho de la acera y del nivel de tránsito peatonal.
El Ayuntamiento de Madrid ha establecido criterios objetivos para determinar estas zonas saturadas, que incluyen parámetros como el tránsito peatonal de más de 33 personas por metro/minuto y la cercanía a centros hospitalarios o de atención a mayores.
La Ordenanza de Terrazas de Madrid, impulsada por Begoña Villacís durante la pandemia de COVID-19, ha tenido un impacto significativo en la hostelería de la ciudad. Aunque ha proporcionado un alivio económico necesario para muchos autónomos y pequeños negocios, también ha generado controversias y desafíos legales. La regulación de las terrazas en bandas de aparcamiento y aceras sigue siendo un tema en evolución en Madrid, y la cooperación entre los negocios y las autoridades será fundamental para resolver los problemas actuales y garantizar un equilibrio entre el apoyo a la hostelería y la regulación del espacio público.