La Fiscalía de Madrid solicita una multa de 3.600 euros para un guardia civil acusado de abatir a tiros el 27 de septiembre de 2020 a un joven de 27 años armado con dos navajas y que sufría una crisis en la patología de esquizofrenia en la localidad de Manzanares el Real.
Así consta en el escrito de acusación, al que tuvo acceso Europa Press, en el que el fiscal le acusa de un delito leve de homicidio por imprudencia menos grave. Solicita imponer al procesado la pena de diez meses de multa, a razón de 12 euros diarios.
El acusado y el Estado deberán indemnizar a los padres del fallecido en la cantidad de 73.090,51 euros a cada uno, al hermano en la cantidad de 15.662,25 euros y a la hermana en la cantidad de 20.883 euros.
Según el fiscal, el acusado, destinado en el puesto de Miraflores de la Sierra, hallándose en el ejercicio y cumplimiento de sus funciones, sobre las 03:26 horas fue comisionado por parte de la central ‘COS’ de la Guardia Civil, para dirigirse a la Plaza del Ayuntamiento de la localidad madrileña de Manzanares el Real.
El acusado junto a su compañero, provistos de chaleco anti balas y guantes anti corte, se desplazaron en el vehículo policial al lugar antes referido. A su llegada, se encontraron con la víctima, quien padecía de esquizofrenia paranoide y presentaba “un estado de agitación y nerviosismo portando en cada mano una navaja de seis centímetros de hoja y 6,5 centímetros de hoja cada una que sujetaba en alto”.
Tras preguntarle los agentes qué sucedía, se dirigió a ellos con expresiones tales como: “hijos de puta, fuera de aquí, os voy a matar”, motivo por el cual los agentes se introdujeron nuevamente en el coche policial, y solicitaron apoyo policial y la activación del SUMMA.
PATRULLAS DE LA GUARDIA CIVIL
Escasos minutos después se personaron diversas patrullas de la Guardia Civil correspondientes a los puestos de Cerceda, Colmenar Viejo y Tres Cantos, iniciándose un operativo policial compuesto por un total de 12 agentes de la Guardia Civil.
El mando del operativo inició un diálogo con D.M.C. para que depusiera su actitud. El resto de agentes formaron un arco con el fin de cercarle y evitar que pudiera salir en el estado en que se encontraba, sin embargo, el joven no cesó en su actitud y continuó en estado agresivo gritando sin cesar expresiones tales como “voy a matar” o “voy a morir matando policías”, a la vez que avanzaba hacia los agentes esgrimiendo las navajas en alto.
Transcurridos 30 minutos aproximadamente, el agente al mando ordenó a las patrullas que colocaran sus coches a ambos lados de la plaza, momento en el que el joven se abalanzó hacia él, sin llegar a alcanzarle ya que el agente logró esquivarle.
El chico salió corriendo por una calle adyacente, hacia el Callejón del Cura, siendo perseguido a pie por el acusado y otros cinco agentes de la Guardia Civil, mientras otros iniciaron la persecución en los vehículos oficiales.
Tras 20 o 30 metros de carrera, la víctima llegó a una plaza situada en la intersección entre la calle del Cura y la avenida de Madrid de la referida localidad, y se giró repentinamente con las manos esgrimiendo las navajas en alto hacia el agente con TIP K-93067-N, que se hallaba a un metro de distancia de él, quien logró esquivarle y efectuó con su arma reglamentaria tres disparos disuasorios al aire.
Inmediatamente después, el joven fijó su mirada en el agente con TIP L-09531-S, el cual también efectuó con su arma reglamentaria un disparo al aire con carácter disuasorio. Los disparos disuasorios al aire efectuados, no sirvieron para que cesara en su actitud.
GUARDIA CIVIL EN PELIGRO
Acto seguido, el chico observando que el agente de la Guardia Civil acusado en esta causa, se hallaba a una distancia de él de 1,60 metros aproximadamente, armado con las navajas que exhibía en alto, se dirigió hacia él enfilándolo.
Ante ello, el acusado, cuya integridad física se hallaba en riesgo, efectuó dos disparos seguidos que alcanzaron las extremidades inferiores del joven, quien cayó desplomado pocos metros después como consecuencia del impacto de las balas.
Las balas disparadas con el arma reglamentaria por el acusado penetraron en el cuerpo, una en la pierna derecha con entrada y salida en región proximal anterior del muslo derecho superficial y la otra penetró en la cara interna del muslo izquierdo con trayectoria de delante a atrás. Murió el 29 de septiembre de 2020 como consecuencia del shock hipovolémico derivado del sangrado masivo por rotura de la arteria poplítea tras la herida de bala en pierna izquierda.