Malasaña, centro de reunión de modernos y bohemios, suele ser visitado tanto por turistas como por los propios madrileños. Porque, en este barrio, lo que nunca falta es ambiente.
Locales a la última, bares de copas, galerías de arte y librerías con vinos. Pero también podemos acercarnos al denominado ‘Barrio Maravillas’ desde un punto de vista histórico. Y no sólo por las calles míticas del levantamiento del 2 de mayo de 1808, ni por sus múltiples iglesias y conventos.
Nos referimos a tomar cañas, vinos, vermús y lo que surja en tabernas con historia. La mayoría de ellas rondan -o incluso superan- los 100 años, conservando la decoración tal y como se creó en el momento de su fundación.
¿Preparado para empezar la ruta?
Bodega La Ardosa
Con 120 años de historia a sus espaldas, realmente se respira el aroma del siglo XIX nada más entrar por la puerta de la Bodega La Ardosa.
Fue fundada en 1892 por Rafael Fernández Bagena, que poseía viñedos en una comarca de Toledo y quería dar salida a sus vinos. En 1970, el local fue adquirido por Gregorio Monje, quien le dio su toque personal, aunque el toque maestro corrió a cargo de su mujer, Conchita.
Fue cuando empezaron a participar en concursos de tortilla y a traer cervezas de todo el mundo. En 1995, falleció Gregorio y se quedó al frente del negocio su hijo Ángel, que ha mantenido vivo el espíritu de su padre.
No te puedes perder la tortilla de patatas. Simplemente exquisita. Ni tampoco tapas como el salmorejo o las croquetas de cecina. Combínalas con alguna cerveza que no conozcas o con el vermú de barril..
Se encuentra en la calle de Colón 13, al lado de Tribunal.
Casa Julio
Casa Julio data del año 1927. Dicen que tiene las mejores croquetas de Madrid, con una versión especial de la casa que combina queso, espinacas y pasas.
Y Bono, del grupo U2, lo corrobora. Una mañana cualquiera del año 2000, los U2 buscaban un lugar para hacer fotos promocionales en Madrid, aprovechando que habían venido a una entrega de premios musicales.
Cuando entraron en Casa Julio lo tuvieron claro, ése era el lugar. Iban a demorarse un par de horas, pero al final estuvieron más de cinco. Quedaron fascinados con las croquetas, el vino y el café.
Desde entonces, este lugar se ha convertido en lugar de peregrinación para fans de todos los países de la banda irlandesa. ¿Necesitas más razones para ir a visitarlo?
Se localiza en la calle de la Madera 37, a escasos metros de Tribunal.
El Cangrejero
De 1932 a 1965 fue una marisquería. La bautizaron como ‘El cangrejero’ porque, en los años 60, el cangrejo era el único marisco que llegaba con vida a la capital después de un largo viaje en tren.
Los clientes se llevaban las gambas y las quisquillas en cucuruchos y pedían la cerveza en una cercana degustación perteneciente a la fábrica de don Casimiro Mahou.
La madrileña marca de cervezas se trasladó en los años 60 al paseo Imperial y ahora está en el corredor del Henares. Dicen que uno de lo asiduos era don José Ortega y Gasset, que acurdía a tomarse su aperitivo cuando terminaba sus clases en la Universidad Central.
También se comenta que sirven la mejor cerveza de barril a través de un serpentín de 180 metros de longitud y la enfrían con hielo. Hoy la regenta Ángel Peinado, hijo del fundador, Máximo.
Se sitúa en la calle de Amaniel 25, entre Noviciado y San Bernardo.
Casa Perico
Casa Perico data de 1940, cuando fue fundada por Pedro Jiménez y Victoria Fernández.
Este matrimonio regentaba el local y criaba a sus hijos en la parte trasera, donde tenían la vivienda. Al principio, sólo ofrecían chatos de vino barato y aguardiente.
Con el tiempo, empezaron a frecuentarlo periodistas de la cercana Cadena SER, con lo que el establecimiento reflotó y comenzaron a ofrecer comidas.
Hoy en día, es muy conocido entre periodistas y artistas. Sigue perteneciendo a la familia, ya que lo regenta el hijo del fundador, el cual mantiene el genuino aire de la posguerra en su decoración.
Se encuentra en la calle de la Ballesta 18, muy próxima a Noviciado.
Bodegas Rivas
Bodegas Rivas es un bullicioso establecimiento fundado por Julio Rivas en el año 1923.
En su momento lucía como una cueva, donde conservaban viejas tinajas de gran valor, un peculiar ‘tobogán’ para bajar las cajas de vino, una ventana por la que entraban los pellejos y una saturadora de agua de Seltz que aún funciona.
Actualmente, y tras una profunda restauración en 2016, las tinajas simplemente adornan el primer piso del bar. Y su fama viene por sus vinos, vermús y cervezas bien tiradas, acompañadas de un montadito o una banderilla.
Se localiza en la calle de la Palma 61, al lado de Noviciado.
Casa Camacho
Casa Camacho abrió sus puertas en el año 1926. Y lo hizo como local especializado en el licor de aguardiente.
Cuenta la leyenda que durante años lo regentó un hombre apellidado Camacho, miliciano de la República, que contaba a los parroquianos historias de la guerra. De ahí procede su nombre.
Los actuales propietarios se llaman Jesús, Santiago y Miguel. Se trata de tres hermanos naturales de Sanabria que adquirieron el local a principios de la década de los ochenta.
Aquí lo más típico son los ‘yayos’, una bebida compuesta por vermú, ginebra y casera. Y de acompañamiento, unas buenas patatas bravas. No te arrepentirás.
Se sitúa en la calle de San Andrés 4, a escasos metros de Tribunal.
La Palmera
Esta preciosa taberna nació en el año 1920, precisamente en un lugar que ya había albergado una bodega desde el siglo XIX.
Su primer tabernero fue un sereno retirado. Y aún conserva los ingredientes típicos de la taberna madrileña: un zócalo de azulejos único, mesitas de nogal, rótulo de cristal grabado y muchos detalles más.
Este establecimiento es uno de los serios aspirantes al título de taberna con la mejor tortilla de Madrid. Mejor no te quedes con la duda y ve a probarla.
Se encuentra en la calle de la Palma 67, entre Noviciado y San Bernardo.