El territorio de San Sebastián de los Reyes pertenecía a la Villa de Madrid hasta su independencia, en 1492, donde sus primeros residentes habían huido desde Alcobendas. Fue en 1369 cuando Enrique II otorgó a Pedro Menéndez de Mendoza mayordomo real del señorío de Alcobendas, territorios como el Real de Manzanares y las aldeas de Barajas y Cobeña.
En el año 1457 el señorío de Alcobendas pasa ser regido por Diego Arias Dávila. Falleció en el año 1466 con tres hijos. Pedro, el primero de ellos, falleció en la toma de Madrid, que encabezaba la reina de Castilla, sucediéndole el primogénito del mismo nombre que su abuelo.
En 1480 los Reyes Católicos dictan una Real Cédula en la misma línea de protección a los vecinos de Alcobendas que quieran trasladarse a los territorios de la Villa de Madrid. En 1482 Juan Arias Dávila, se convierte en el nuevo señor de Alcobendas.
Orígenes de San Sebastián de los Reyes
En 1486 varios vecinos de Alcobendas se asentaron en el cerro del Clavel, solicitando la residencia en la Villa de Madrid. Por ello, Juan Arias respondió quemando las cabañas y apresando a algunos de ellos. Por consiguiente, se dicta otra Real Célula por la cual pone bajo la protección de los Reyes Católicos a los vecinos insurrectos y ordena la liberación de los presos.
El 9 de enero de 1493, tras nuevas represalias de Juan Arias hacia sus habitantes, el concejo de Madrid procede a la configuración de los terrenos de San Sebastián de los Reyes, instaurando sus fronteras.
Los conflictos entre Alcobendas y San Sebastián de los Reyes no cesan a pesar de la independencia respaldada y reiterada por los Reyes Católicos. A la muerte de la reina Isabel los vecinos de Alcobendas arrasan zonas habitadas por los nuevos vecinos sansebastenienses.
Asimismo, en el año 1508 se bendice la iglesia de San Sebastián de los Reyes donde los más tarde, los sacerdotes de Alcobendas se comprometen a administrar los sacramentos en la nueva iglesia. Ordenado por el Cardenal Cisneros se destinan clérigos al nuevo templo.
Años más tarde, el arzobispo de Toledo dicta sentencia negando a San Sebastián de los Reyes la aspiración de tener parroquia propia, pero en 1791 el cardenal Lorenzana la autoriza, segregándola de la de Alcobendas.
Con la llegada de las Cortes de Cádiz en 1812 se abolen todos los señoríos. De esta forma, se procede por la recién creada Diputación Provincial de Madrid, a la demarcación del municipio de San Sebastián de los Reyes y de otros limítrofes.
Historia reciente del municipio norteño
En el inicio del siglo XX la población de San Sebastián de los Reyes se establecían en 1.130 vecinos. Con el paso de los años y en mitad de siglo la población aumentó hasta 1.809 sansebastenienses.
Durante los años 60 el municipio empezó a crecer de manera industrial, dejando atrás el modo tradicional de vida. Su paisaje se va poblando de fábricas y grúas para construir nuevas infraestructuras y viviendas. Además, gracias a la gran extensión del municipio se construyen grandes complejos deportivos de iniciativa privada, como el club y campo de golf de Ciudalcampo y el circuito de velocidad del Jarama.
En 1961 se inauguraba La Tercera, una moderna plaza de toros que permitiría trasladar los tradicionales festejos taurinos desde la plaza del ayuntamiento. El crecimiento es tan grande que la población crece desde los 3.350 vecinos de 1960 hasta los 15.447 de 1970.
En el siglo XXI, se superan los 75.000 habitantes que dio pie a la declaración del municipio como Gran Población, estatus que le permite un modelo de gobierno propio de una gran ciudad.
Tradición taurina en Sanse
Las manifestaciones taurinas, que desde mediados del siglo XVI se han venido celebrando en San Sebastián de los Reyes, han ido creando, poco a poco, el patrimonio histórico de más arraigo entre los habitantes del municipio.
De todas las manifestaciones taurinas que a lo largo de su historia se han desarrollado en San Sebastián de los Reyes, el encierro ha sido el arraigo más importante de todas ellas. El Encierro se concibe en San Sebastián de los Reyes como una prueba de fuerza y habilidad entre el corredor y el toro.
En el evento se dan cita, año tras año, no solamente los corredores locales, sino innumerables y experimentados corredores llegados de todas partes, prestos a participar en este rito singular que es el Encierro.